Motivaciones

Cada Semana, proponemos un texto, que nos motive y ayude en nuestro cometido diario, y pido, si es posible, que lo comentemos entre todos, para sacar el màximo jugo de él.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Historia del Año Nuevo

DÍA DE AÑO NUEVO (2000 a. C., Babilonia)

El día de Año Nuevo es la más antigua y universal de las festividades religiosas. Curiosamente, su historia comienza en una época en la que aún no existía un calendario anual. El tiempo transcurrido entre la siembra y la cosecha representaba un “año” o ciclo.

La fiesta de Año Nuevo más antigua que se ha registrado se cele­braba en la ciudad de Babilonia, cuyas ruinas se alzan cerca de la mo­derna ciudad de Al-Illah, en Irak. Se situaba a fines de marzo, en el equinoccio vernal o de primavera, esto es, al comenzar esta estación, y los actos festivos duraban once días. Los festejos modernos palide­cen si se comparan con ellos. Los iniciaba un sumo sacerdote que, ha­biéndose levantando dos horas antes del alba y tras bañarse en las aguas sagradas del Éufrates, ofrecía un himno al dios local de la agri­cultura, Marduk, orando para pedir un nuevo ciclo de cosechas abundantes. Se pasaba la grupa de un carnero decapitado por los muros del templo, a fin de absorber todo contagio que pudiera infestar el sa­grado edificio y, por extensión, la cosecha del ano siguiente. La cere­monia recibía el nombre de Kuppuru, palabra que apareció entre los hebreos casi al mismo tiempo, en su día de Reparación, o Yom Kippur.

Tanto desde el punto de vista astronómico como del agrícola, enero es el peor tiempo para comenzar simbólicamente un ciclo agra­rio o Año Nuevo. El sol no se encuentra en un lugar adecuado del cielo, como ocurre en los equinoccios de primavera y otoño y en los solsticios de invierno y verano, los cuatro acontecimientos solares que ponen fin a las estaciones. El traslado de este día sagrado se inició con los romanos.

Según su antiguo calendario, los romanos consideraban el 25 de marzo, comienzo de la primavera, como el primer día del año. Sin embargo, los emperadores y los altos funcionarios alteraron repeti­damente la longitud de meses y años para ampliar el tiempo de sus mandatos. Las fechas del calendario guardaban tan poca sincroniza­ción con los hitos astronómicos en e! año 153 a.C., que para fijar con seguridad numerosas ocasiones de tipo público el Senado ro­mano declaró el 1 de enero primer día del año. A continuación se produjeron nuevas alteraciones de fechas, y para iniciar de nuevo el calendario, el 1 de enero, en el año 46 a.C., Julio César tuvo que prolongar el año hasta 445 días, por lo que se conoce en la historia como “Año de la Confusión”. El nuevo calendario creado por César fue llamado, en su honor, calendario juliano.

Después de la conversión de Roma al cristianismo en el siglo IV, los emperadores siguieron organizando celebraciones de Año Nuevo. Sin embargo, la naciente Iglesia abolió todas las prácticas paganas (es decir, no cristianas), y por tanto condenó estas festividades como es­candalosas y prohibió a los cristianos su participación en ellas. A me­dida que la Iglesia consiguió conversos y poder, planificó estratégica­mente sus propias fiestas para competir con las paganas, en muchas ocasiones aprovechándose de su popularidad. Para rivalizar con la fiesta de Año Nuevo, el 1 de enero, la Iglesia estableció su propia fes­tividad en la misma fecha, la Circuncisión del Señor, que todavía ob­servan católicos, luteranos, episcopalianos y numerosas Iglesias orto­doxas de Oriente.

Durante la Edad Media, !a Iglesia se mantuvo tan hostil al antiguo Año Nuevo pagano, que en las ciudades y países predominantemente católicos esta celebración desapareció por completo, Y cuando perió­dicamente volvía a resurgir, quedaba relegada al olvido en poco tiempo y casi en todas partes. En cierta época, durante la Baja Edad Media. desde el siglo XI al XIII, los británicos celebraban el Año Nuevo el 25 de marzo, los franceses el domingo de Pascua, y los italia­nos el día de Navidad, que era entonces el 15 de diciembre; sólo en la Península Ibérica se observaba el 1 de enero. La aceptación general de esta fecha sólo data de los últimos 400 años.

LA NOCHEVIEJA

Desde tiempos muy antiguos, ésta ha sido la más bu­lliciosa de las noches. Para los antiguos agricultores europeos, tos espíritus que destruían las cosechas por medio de enfermedades eran barridos durante la no­che que precedía al Año Nuevo, con un gran concierto de cuernos y tambores. En China, las fuerzas de la luz, el Yang, derrotaban anual­mente a las fuerzas de la oscuridad, el Yin, cuando en esta noche má­gica la gente se congregaba para hacer sonar platillos y detonar petar­dos. En Norteamérica, fueron los holandeses, en su colonia de Nueva Amsterdam, en el siglo XVII, quienes originaron las modernas cele­braciones de la Nochevieja, aunque es posible que los indios nativos de esas tierras les hubieran dado un ruidoso ejemplo en este sentido, y con ello hubieran allanado el camino. Mucho antes de que llegaran los colonos al Nuevo Mundo, la fiesta de Nochevieja era observada por los indios iroqueses, que la relacionaban con la cosecha de maíz. Reuniendo ropas viejas, útiles caseros de madera, maíz y otros cereales los indios arrojaban estas posesiones del año anterior en una gran hoguera, con lo que significaban, el comienzo de un Nuevo Año y una nueva vida. Era una costumbre antigua tan literal, en su significado, que los eruditos de épocas muy posteriores no tuvieron que especular sobre su sentido.

Los colonos norteamericanos presenciaron la anárquica celebración anual de la Nochevieja por los indios, y su conducta no fue mucho más austera, si bien la escasez de ropas, muebles v comida les impedía encender hogueras. En la Nochevieja de 1775, los festejos que se celebraron en la ciudad de Nueva York fueron tan ruidosos que, dos meses más tarde, las autoridades prohibieron los petardos, las bombas de fabricación casera y el uso de las armas de fuego personales para conmemorar los futuros comienzos del Año Nuevo.
EL BEBÉ DEL AÑO NUEVO

La idea de utilizar un recién nacido para simbolizar el comienzo de un nuevo ciclo surgió en la antigua Grecia alrededor del año 600 a.C. En las fiestas dionisiacas, era costumbre hacer desfilar, como homenaje a Dionisos, dios del vino y de las francachelas, un bebé en un cesto de juncos, que representaba el renacimiento anual de ese dios como espíritu de la fertilidad. En Egipto se efectuaba una ceremonia similar representada en la tapa de un sarcófago que hoy se encuentra en un museo británico. Dos hombres, uno de ellos viejo y con barba y el otro en el apogeo de su juventud, aparecen en él portadores de un bebé en un cesto de mimbre.

Tan corriente era el símbolo del bebé del Año Nuevo en tiempos de los griegos, egipcios y romanos, que la primitiva Iglesia católica, tras no poca resistencia, permitió finalmente a sus miembros la utilización en celebraciones, con tal de que quienes participaban en ellas admitieran que el bebé no era un símbolo pagano, sino una efigie del Niño Jesús. Nuestra moderna imagen de un bebé en pañales y con el número del año en el pecho se originó en Alemania, en el siglo XIV, y apareció sucesivamente en ilustraciones y en canciones de cada época.

Del libro "Las cosas nuestras de cada día" de Charles Panati



ERRORES DE CALCULO


El Año Nuevo comenzó a festejarse el 1 de enero hace relativamente poco tiempo; fue el papa Gregorio XIII quien lo dispuso en 1582 para todos los países católicos, al inaugurar el calendario en vigencia, que sustituyó al juliano.

Luego, poco a poco, las restantes naciones lo incorporaron -los rusos fueron los últimos, en 1917- y así también se aceptó en todo el mundo que el año comenzara el 1 de enero y no el 21 de marzo o el 1 de abril, como solía serlo en los viejos tiempos.

Según el calendario gregoriano, el próximo 1 de enero comenzará el año 2011; pero como se estructuró sobre un error de cálculo cometido por el monje Dionisio el Exiguo al fijar entre cuatro y cinco años antes el comienzo de la era cristiana, la fecha sería muy otra.

Resultó que Dionisio estaba harto de que los años se siguieran contando desde la asunción al trono del emperador Diocleciano, dado que éste había perseguido con furia a los cristianos, y aprovechó el nuevo calendario para hacerlo a partir del nacimiento de Jesús.

Tras establecer que el Niño Dios había nacido el 25 de diciembre del año 753 ab urbe condita- es decir, desde la fundación de Roma- decidió que el año uno de nuestra era coincidiera con el 754 AUC, sin percatarse que para entonces la muerte de Herodes llevaba cuatro años de ocurrida.

Ahí fue que surgió la pregunta: ¿cómo pudo Herodes mandar a degollar al Mesías en la matanza de inocentes, si él mismo ya estaba muerto? El recálculo denunció el error pero el calendario gregoriano siguió tal cual.

Nuevos estudios basados en lo estimado en el siglo XVI por el astrónomo Johann Kepler, en función de la aparición de la estrella de Belén -en realidad, una triple conjunción de Marte, Júpiter y Saturno en el signo de Piscis- llevaron a proponer que Jesús habría nacido a mediados de septiembre del año 7 y no en diciembre del año 1.

Esto significa que el próximo 31 de diciembre no habría que brindar por el año 2011, que ya pasó, sino por el año nuevo 2018.

Lo dicho no tiene demasiada relevancia, si se observa que otros pueblos -que en lo civil se manejan con el calendario gregoriano- celebran su año nuevo en otras fechas, en función de sus propias tradiciones históricas o religiosas.

Por ejemplo, el Año Nuevo chino comienza entre enero y febrero con la primera Luna nueva de Acuario; el Rosh Hashaná (cabeza de año) judío empieza en el mes de Tisri del calendario hebreo, que equivale a septiembre u octubre del gregoriano; y el Año Nuevo musulmán en el mes de Muharram que, como obedece a un calendario lunar, puede caer en cualquier mes gregoriano.

Respecto a los años, estos también son dispares: los chinos viven en el año 4708

Los judíos transitan el 5771, que establecieron a partir de la supuesta fecha del nacimiento de Adán; en tanto que los musulmanes, cuyo almanaque comienza con la huida de Mahoma a Medina en el año 622, le restan esta cifra al año gregoriano para saber en cuál viven: 1388.

En la ciudad de Buenos Aires, la ley 1550 sancionada en 2004, instituyó el 21 de junio como año nuevo de los pueblos originarios, en función de que ellos lo celebran en el solsticio de invierno, y por tanto, ese día sus hijos quedan exceptuados de concurrir a clase.

Sin embargo, el comienzo del año astronómico o natural -basado en el ciclo de las estaciones- continúa siendo el equinoccio de primavera en el Norte (de otoño en el Sur), esto es, entre el 20 y el 21 de marzo, cuando el Sol "toca" el punto vernal y la rueda de las estaciones recomienza su vuelta.

En la misma fecha comienza también el año astrológico: entre el 20 y 21 de marzo el Sol "toca" el cero grado de Aries (o punto vernal) primer signo del zodíaco, para luego ir avanzando, cada treinta días, sobre cada uno de los restantes once signos.

Entonces, ¿cuándo realmente empieza el año nuevo? Los astrólogos dicen que el año nuevo es personal y que empieza cuando uno llega al mundo, es decir, el día del cumpleaños.

OTROS FINES DE AÑO

Generalmente el fin de año en muchas religiones y culturas se da con el fin los ciclos solares, ya que en casi todas las religiones se le asigna al sol el máximo poder.

En las culturas prehispánicas la celebración de fin de año era cuando concluía el invierno e iniciaba la primavera.

Para los chinos el Año Nuevo Chino no puede ser convertido a una fecha exacta del calendario gregoriano y puede ocurrir entre el 21 de enero o el 21 de febrero. Se basa en el calendario lunar utilizado tradicionalmente en China y la celebración cae en general, a la segunda luna llena, luego del solsticio de invierno boreal, que es el 21 de diciembre.

El pueblo judío lleva otra cuenta, ya que no coincide con el mismo calendario y tampoco toman como referencia el a.C. y d.C. Celebran su año nuevo con el “Rosh-hashanáh” y cae dentro del mes de septiembre o comienzo de octubre.

Otros Años Nuevos.

Algunos radicales ortodoxos celebran el 14 de enero al mantener el calendario juliano.

La celebración del Año Nuevo Vietnamita, celebrado junto al Año Nuevo Chino.

El Año Nuevo Islámico se celebra el 1 de Muharram, aproximadamente fines de enero e inicios de febrero.

La celebración del Año Nuevo Tibetano se celebra entre enero y marzo.

La celebración del Año Nuev Iraní es para el equinoccio vernal, el 21 de marzo.

También la celebración del Bahaísmo se da en el equinoccio vernal, el 21 de marzo.

En Tailandia, Camboya, Birmania y Bengala se celebra entre el 13 y 15 de abril.

Celebración del Año Nuevo Mapuche es el 24 de julio.

Celebración del Año Nuevo Inca, el 24 de julio.

Celebración del Año Nuevo Judío es generalmente en septiembre.

Celebración del Año Nuevo Etíope, el 11 de septiembre.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Historia de La Navidad

Aunque para algunos historiadores la celebración de la Navidad histórica debería situarse en primavera (entre abril y mayo), y para otros, siguiendo el relato de Lucas 2:8, que indica que la noche del nacimiento de Jesús, los pastores cuidaban los rebaños al aire libre y que el cielo estaba lleno de estrellas, es poco probable que este acontecimiento hubiera ocurrido en el invierno (hemisferio norte), las Iglesia cristianas mantienen el 25 de diciembre como fecha convencional, puesto que en la primavera u otoño la Iglesia celebra la Pascua.

Formación de la Navidad como fiesta cristiana
Según la Enciclopedia Católica, la Navidad no está incluida en la lista de festividades cristianas de Ireneo ni en la lista de Tertuliano acerca del mismo tema, las cuales son las listas más antiguas que se conocen. La evidencia más temprana de la preocupación por la fecha de la Navidad se encuentra en Alejandría, cerca del año 200 de nuestra era, cuando Clemente de Alejandría indica que ciertos teólogos egipcios “muy curiosos” asignan no sólo el año sino también el día real del nacimiento de Cristo como 25 pachon (20 de mayo) en el vigésimo octavo año de Augusto. Desde 221, en la obra Chronographiai, Sexto Julio Africano popularizó el 25 de diciembre como la fecha del nacimiento de Jesús. Para la época del Concilio de Nicea en 325, la Iglesia Alejandrina ya había fijado el Díes nativitatis et epifaníae.

El papa Julio I pidió en 350 que el nacimiento de Cristo fuera celebrado el 25 de diciembre, lo cual fue decretado por el papa Liberio en 354. La primera mención de un banquete de Navidad en tal fecha en Constantinopla, data de 379, bajo Gregorio Nacianceno. La fiesta fue introducida en Antioquía hacia 380. En Jerusalén, Egeria, en el siglo IV, atestiguó el banquete de la presentación, cuarenta días después del 6 de enero, el 15 de febrero,que debe haber sido la fecha de celebración del nacimiento. El banquete de diciembre alcanzó Egipto en el siglo V.

Adopción de la fecha de Navidad como 25 de diciembre


En Antioquía, probablemente en 386, Juan Crisóstomo impulsó a la comunidad a unir la celebración del nacimiento de Cristo con el del 25 de diciembre, aunque parte de la comunidad ya guardaba ese día por lo menos desde diez años antes.

En el Imperio Romano, las celebraciones de Saturno durante la semana del solsticio, que eran el acontecimiento social principal, llegaban a su apogeo el 25 de diciembre. Para hacer más fácil que los romanos pudiesen convertir al cristianismo sin abandonar sus festividades, el papa Julio I pidió en 350 que el nacimiento de Cristo fuera celebrado en esa misma fecha.

Algunos mantienen que el 25 de diciembre fue adoptado solamente en el siglo cuarto como día de fiesta cristiano después de que el emperador romano Constantino I el Grande se convertió al cristianismo para animar un festival religioso común y convertir a los paganos en cristianos. La lectura atenta de expedientes históricos indica que la primera mención de tal banquete en Constantinopla no sucedió sino hasta 379, bajo San Gregorio Nacianceno. En Roma, puede ser confirmado solamente cuando se menciona un documento aproximadamente del año 350, pero sin ninguna mención de la sanción por el emperador Constantino.

Los primeros cristianos celebraban principalmente la Epifanía, cuando los Reyes Magos visitaron al Niño Jesús. (Esto todavía se celebra en Argentina, Armenia, España, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, México, Colombia, Uruguay, Venezuela y Chile). Para las Iglesias Orientales la Epifanía es más importante que la Natividad, ya que es ese día cuando se da a conocer al mundo, en la persona de los extranjeros.

Algunas tradiciones de la Navidad, particularmente las de Escandinavia, tienen su origen en la celebración germánica de Yule, como son el árbol de Navidad. Allí la Navidad se conoce como Yule (o jul).

Prohibición de la Navidad

Durante la Reforma protestante, la celebración del nacimiento de Cristo fue prohibido por algunas iglesias protestantes llamándola “trampas de los papistas” y los hasta “garras de la bestia” debido a su relación con el catolicismo, como hacen actualmente los Testigos de Jehová. Después de la victoria parlamentaria del Rey Carlos I durante la Guerra civil inglesa en 1647 los gobernantes puritanos ingleses prohibierón la celebración de la Navidad. El pueblo se rebeló realizando varios motines hasta tomar ciudades importantes como Canterbury, donde decoraban las puertas con esloganes que hablaban de la santidad de la fiesta. La Restauración de 1660 puso fin a la prohibición, pero muchos de los miembros del clero, no conformes, rechazaban las Celebraciones Navidadeñas, utilizando argumentos puritanos.

En la América colonial, los Puritanos de Nueva Inglaterra rechazarón la Navidad y su celebración fue declarada ilegal en Boston, de 1659 a 1681. Al mismo tiempo, los cristianos residentes de Virginia y Nueva York siguierón las celebraciones libremente. La Navidad cayó en desagrado de los Estados Unidos después de la Revolución Americana, cuando se estimó que era una costumbre inglesa.

En la década de 1820, las tensiones sectarias en Inglaterra se habían aliviado y algunos escritores británicos comenzaron a preocuparse, pues la Navidad estaba en vías de desaparición. Dado que imaginaban la Navidad como un tiempo de celebración sincero, hicieron esfuerzos para revivir la fiesta. El libro de Charles Dickens Un cuento de Navidad, publicado en 1843, desempeñó un importante papel en la reinvención de la fiesta de Navidad, haciendo hincapié en la familia, la buena voluntad, la compasión y la celebración familiar.

La Navidad fue declarada día feriado federal de los Estados Unidos en 1870, en ley firmada por el Presidente Ulysses S. Grant, pero aún es una fiesta muy discutida por los distintos líderes puritanos de la nación.

Fiestas no cristianas del 25 de diciembre

Los orígenes de la celebración de la Navidad el 25 de diciembre, se ubican en las costumbres de los pueblos de la antigüedad que celebraban durante el solsticio del invierno (desde el 21 de diciembre), alguna fiesta relacionada al dios o los dioses del sol, como Apolo y Helios (en Grecia y Roma), Mitra (en Persia), Huitzilopochtli (en Tenochtitlan), entre otros. Algunas culturas creían que el dios del sol nació el 21 de diciembre, el día más corto del año, y que los días se hacían más largos a medida que el dios se hacía más viejo. En otras culturas se creía que el dios del sol murió ese día, sólo para volver a otro ciclo.

Veamos otro comentario al respecto dado por el Rabi Dan.
Por otro lado, no solamente la religión pagana del Imperio Romano celebraba estos festivales, sino que a su vez, los romanos lo heredaron de los persas.

Los descubrimientos arqueológicos muestran que en el cercano y en el lejano oriente, tanto los persas, como los árabes, como los orientales, celebraban el nacimiento del dios MENI asociado con la Luna de donde procede el dicho de “el hombre de la luna” o “la cara de la luna”.

El Mitraísmo tenía dos días sagrados: el primer día de la semana que vino a ser reconocido como “el venerable día del sol” y diciembre 25 conocido como “Dies Natalis Solis”, es decir, “el nacimiento del sol”.

Así que en el Imperio Romano se celebraban estas tres festividades:

Primero: El día del dios MENI, el 24 de diciembre.

Segundo: El día del nacimiento del dios sol, el 25 de diciembre.

Tercero: el primer día de la semana, el venerable día del sol.

Debemos recordar algo interesante aquí.

No sé si usted se pondrá bravo conmigo, pero lo diré de todos modos.

La dios Mitra, de donde surge el término “Mitraísmo”, es decir, la religión del Imperio Romano para los días cuando Constantino tomó el trono, el dios Mitra, fue adorado como “guardián de los brazos”.

Mitra fue visto como el protector del ejército de Roma y del soldado romano.

Parte de la adoración a Mitra incluía el conocido “apretón de manos” gesto con el cual los soldados romanos mostraban que no estaban “armados” y consecuentemente era un acto de amistad, para entonces poder entrar a adorar al dios del ejército.

Fueron los soldados romanos los que exportaron el “apretón de manos” como señal de amistad y de concluir “contratos”, representando así que no ha habían usado “armas” escondidas, es decir, trampas.

Cuando somos confrontados por estos hechos, no podemos escapar a la conclusión de que la Navidad como es conocida y celebrada hoy, tiene un trasfondo pagano que ha sido mezclado con cristianismo.

Fue debido a esto que los grandes reformadores, Lutero y Calvino, repudiaron estas prácticas.

Miremos un momento la Escritura:
Isaías 65: 1-11.
Observa el Vr. 11: “Ponéis mesa para la Fortuna”.
“Fortuna” es la traducción de la palabra hebrea “GAD” para referirse al dios de la buena fortuna que adoraban los babilonios.

De aquí viene la palabra “afortunado”, la cual es de origen pagano.

“Fortuna” es una referencia también a GUDE, cuya palabra viene de una antigua raíz aramea que significa “invadir con tropas”, o “atacar”, de ahí que el ejército del Imperio Romano lo adoptara como su “guardián” bajo la figura de MITRA, el dios personal de Constantino quien vino luego a ser el jefe de la Iglesia Romana.

Miremos Isaías 65:11 otra vez.

Aquí no solamente se menciona a “Fortuna”, sino también a “Destino”.

La palabra “destino”, es la traducción hecha del término hebreo MENI.

“Meni” significa “destino”, pero es el nombre de una deidad pagana de origen babilónico.

Tenemos aquí dos demonios en forma de dioses, que están siendo condenados por la Palabra: Fortuna y Destino, gad y meni.

Fortuna y Destino no son adjetivos, son los nombres personales de dos deidades paganas que adoraban los babilonios.



Alegoría de Cristo en forma del dios solar Helios o Sol Invicto Conduciendo su carroza. Mosaico del siglo III d. C. de las grutas vaticanas en la Basílica de San Pedro en el techo de la tumba del Papa Julio I.

En Persia (actual Irán) se celebraba, hace cuatro mil años, y coincidiendo con el solsticio invernal, Yalda, el Natalicio del dios solar Mitra, el dios de la Luz, la antigua divinidad meda-persa).

Los romanos celebraban el 25 de diciembre la fiesta del “Natalis Solis Invicti” o “Nacimiento del Sol invicto”. Asociada al nacimiento de Apolo. El 25 de diciembre fue considerado como día del solsticio de invierno, y que los romanos llamaron bruma; cuando Julio César introdujo su calendario en el año 45 a. C., el 25 de diciembre debió ubicarse entre el 21 y 22 de diciembre de nuestro Calendario Gregoriano. De esta fiesta, los primeros cristianos tomaron la idea del 25 de diciembre como fecha del nacimiento de Jesucristo. Otro festival romano llamado Saturnalia, en honor a Saturno, duraba cerca de siete días e incluía el solsticio de invierno. Por esta celebración los romanos posponían todos los negocios y guerras, había intercambio de regalos, y liberaban temporalmente a sus esclavos. Tales tradiciones se asemejan a las actuales tradiciones de Navidad y se utilizan para establecer un acoplamiento entre los dos días de fiesta.

Los egipcios festejaban en invierno el nacimiento de su dios solar Horus, hijo de Osiris y Isis. Según la mitología, Horus nació de la virginal Isis, de manera análoga, a la imagen cristiana de Cristo y la Virgen María.

Los germanos y escandinavos celebraban el 26 de diciembre el nacimiento de Frey, dios nórdico del sol naciente, la lluvia y la fertilidad. En esas fiestas adornaban un árbol perenne, que representaba al Yggdrasil o árbol del Universo, costumbre que se transformó en el árbol de Navidad, cuando llegó el Cristianismo al Norte de Europa.

Los mexicas celebraban durante el invierno, el advenimiento de Huitzilopochtli, dios del sol y de la guerra, en el mes Panquetzaliztli, que equivaldría aproximadamente al período del 7 al 26 de diciembre de nuestro calendario. “Por esa razón y aprovechando la coincidencia de fechas, los primeros evangelizadores, los religiosos agustinos, promovieron la sustitución de personajes y así desaparecieron al dios prehispánico y mantuvieron la celebración, dándole características cristianas.”


Los aztecas también celebraban el nacimiento de uno de sus dioses en invierno: Huitzilopochtli.

Tal y como comenta Isaac Asimov en su guía de la Biblia: “Podría ensamblar el cristianismo sin sobrepasar su felicidad de Saturnalia. Era solamente necesario que ellos justamente saluden el nacimiento del hijo en vez que el del Sol”. Por lo que la Navidad cristiana no es imitación, ni parodia de estas fiestas no cristianas del nacimiento de los dioses solares; como si los dioses no cristianos y Jesucristo hubieran nacido el mismo día.

domingo, 12 de diciembre de 2010

¿QUIEN ERES?

Aquel día Sinclair se levantó como siempre a las 7 de la mañana. Como todos los días, arrastró sus pantuflas hasta el baño y después de ducharse se afeitó y se perfumó. Se vistió con ropa bastante a la moda, como era su costumbre y bajó a la entrada a buscar su correspondencia. Allí se encontró con la primera sorpresa del día: ¡No había cartas!
Durante los últimos años su correspondencia había ido en aumento y era una parte importante de su contacto con el mundo. Un poco malhumorado por la noticia de la ausencia de noticias, apuró su habitual desayuno de leche y cereal (como recomendaban los médicos), y salió a la calle.
Todo estaba como siempre: los mismos vehículos de siempre transitaban las mismas calles y producían los mismos sonidos en la ciudad, que se quejaba igual que todos los días. Al cruzar la plaza casi tropezó con el profesor Exer, un viejo conocido con quien solía charlar largas horas sobre inútiles planteos metafísicos. Lo saludó con un gesto, pero el profesor pareció no reconocerlo; lo llamó por su nombre pero ya se había alejado y Sinclair pensó que no había alcanzado a escucharlo.
El día había empezado mal y parecía que empeoraba con las posibilidades de aburrimiento que flotaban en su ánimo.
Decidió volver a casa, a la lectura y la investigación, para esperar las cartas que con seguridad llegarían aumentadas para compensar las no recibidas antes.
Esa noche, el hombre no durmió bien y se despertó muy temprano. Bajó y mientras desayunaba comenzó a espiar por la ventana para esperar la llegada del cartero. Por fin lo vio doblar la esquina, su corazón dio un salto. Sin embargo el cartero pasó frente a su casa sin detenerse. Sinclair salió y llamó al cartero para confirmar que no había cartas para él. El empleado le aseguró que nada había en su bolso para ese domicilio y le confirmó que no había ninguna huelga de correos, ni problemas en la distribución de cartas de la ciudad.
Lejos de tranquilizarlo, esto lo preocupó más todavía.
Algo estaba pasando y él debía averiguarlo. Buscó una chaqueta y se dirigió a casa de su amigo Mario.
Apenas llegó, se hizo anunciar por el mayordomo y esperó en la sala de estar a su amigo, que no tardó en aparecer. El hombre avanzó al encuentro del dueño de casa con los brazos extendidos, pero este se limitó a preguntar:
-Perdón señor, ¿nos conocemos?
El hombre creyó que era una broma y rió forzadamente presionando al otro a servirle una copa. El resultado fue terrible: el dueño de casa llamó al mayordomo y le ordenó echar a la calle al extraño, que ante tal situación se descontroló y comenzó a gritar y a insultar, como avalando la violencia del fornido empleado que lo empujó a la calle….Camino a su casa, se cruzó con otros vecinos que lo ignoraron o actuaron con él como si fuera un extraño.
Una idea se había apoderado del hombre: había una confabulación en su contra, y él había cometido una extraña falta hacia aquella sociedad, dado que ahora lo rechazaba tanto como algunas horas antes lo valoraba. No obstante, por más que pensaba, no podía recordar ningún hecho que pudiera haber sido tomado como ofensa y menos aun, alguno que involucrara a toda una ciudad.
Durante dos días más, se quedó en casa esperando correspondencia que no llegó o la visita de alguno de sus amigos que, extrañado por su ausencia, tocara su puerta para saber de él; pero no hubo caso, nadie se acercó a su casa. La señora de la limpieza faltó sin aviso y el teléfono dejó de funcionar.
Entonado por una copita de más, la quinta noche Sinclair se decidió a ir al bar donde se reunía siempre con sus amigos, para comentar las pavadas cotidianas. Apenas entró, los vio como siempre en la mesa del rincón que solían elegir. El gordo Hans contaba el mismo viejo chiste de siempre y todos lo festejaban como era costumbre. El hombre acercó una silla y se sentó. De inmediato se hizo un lapidario silencio, que marcaba la indeseabilidad del recién llegado. Sinclair no aguantó más:
-¿Se puede saber qué les pasa a todos conmigo? Si hice algo que les molestó, díganmelo y se terminó, pero no me hagan esto que me vuelve loco…
Los otros se miraron entre sí entre divertidos y fastidiados. Uno de ellos hizo girar su índice sobre su sien, diagnosticando al recién llegado. El hombre volvió a pedir una explicación, luego rogó por ella y por último, cayó al suelo implorando que le explicaran por qué le hacían eso a él.
Sólo uno de ellos quiso dirigirle la palabra:
-Señor: ninguno de nosotros lo conoce, así que nada nos hizo. De hecho, ni siquiera sabemos quién es usted…
Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos y salió del local, arrastrando su humanidad hasta su casa. Parecía que cada uno de sus pies pesaba una tonelada.
Ya en su cuarto, se tiró en la cama. Sin saber cómo ni por qué, había pasado a ser un desconocido, un ausente. Ya no existía en las agendas de sus corresponsales ni en el recuerdo de sus conocidos y menos aún en el afecto de sus amigos. Como un martilleo aparecía un pensamiento en su mente, la pregunta que otros le hacían y que él mismo se empezaba a hacer: ¿Quién eres?
¿Sabía él realmente contestar esta pregunta? Él sabía su nombre, su domicilio, la talla de su camisa, su número de documento y algunos otros datos que lo definían para los demás; pero fuera de eso: ¿Quién era, verdadera, interna y profundamente? Aquellos gustos y actitudes, aquellas inclinaciones e ideas, ¿eran suyos verdaderamente? ¿o eran como tantas otras cosas: un intento de no defraudar a otros que esperaban que él fuera el que había sido?
Algo empezaba a estar claro: el ser un desconocido lo liberaba de tener que ser de una manera determinada. Fuera él como fuera, nada cambiaría en la respuesta de los demás.
Por primera vez en muchos días, encontró algo que lo tranquilizó: esto lo colocaba en una situación tal, que podía actuar como se le ocurriera sin buscar ya la aprobación del mundo.
Respiró hondo y sintió el aire como si fuera nuevo, entrando en los pulmones. Se dio cuenta de la sangre que fluía por su cuerpo, percibió el latido de su corazón y se sorprendió de que por primera vez NO TEMBLABA.
Ahora que por fin sabía que estaba solo, que siempre lo había estado, ahora que sabía que sólo se tenía a sí mismo, ahora… podía reír o llorar… pero por él y no por otros.
Ahora, por fin, lo sabía: SU PROPIA EXISTENCIA NO DEPENDÍA DE OTROS
Había descubierto que le fue necesario estar solo para poder encontrarse consigo mismo…
Se durmió tranquila y profundamente y tuvo hermosos sueños….Despertó a las diez de la mañana, descubriendo que un rayo de sol entraba a esa hora por la ventana e iluminaba su cuarto en forma maravillosa.
Sin bañarse, bajó las escaleras tarareando una canción que nunca había escuchado y encontró debajo de su puerta una enorme cantidad de cartas dirigidas a él.
La señora de la limpieza estaba en la cocina y lo saludó como si nada hubiera sucedido.
Y por la noche en el bar, parecía que nadie había registrado aquella terrible noche de locura.
Por lo menos, nadie se dignó a hacer algún comentario al respecto.
Todo había vuelto a la normalidad…
Salvo él, por suerte, él, que nunca más tendría que rogarle a otro que lo mirara para poder saberse… él, que nunca más tendría que pedirle al afuera que lo definiera… él, que nunca más sentiría miedo al rechazo…
Todo era igual, salvo que ese hombre nunca más se olvidaría de quién era.
-Y este es tu cuento, Demián -siguió el gordo-. Cuando no tienes registro de tu dependencia frente a la mirada de los otros, vives temblando frente al posible abandono de los demás que, como todos, aprendiste a temer.
Y el precio para no temer es acatar, es ser lo que los demás, “que tanto nos quieren”, nos presionan a ser, nos presionan a hacer y nos presionan a pensar.
Si tienes “la suerte” del personaje de Papini y el mundo, en algún momento, te da la espalda, no tendrás más remedio que darte cuenta de lo estéril de tu lucha.
Pero si no sucede así, si tienes la “desdicha” de ser aceptado y halagado, entonces… estás abandonado a tu propia conciencia de libertad, estás forzado a decidir: acatamiento o soledad; estás atrapado entre ser lo que debes ser o no ser nada para nadie..Y de allí en más…podrás ser, pero sólo, sólo y sólo para ti.

Jorge Bucay

domingo, 5 de diciembre de 2010

La Escalera

Imaginate que estas frente a una gran escalera y está junto a ti esa persona que es importante para ti, (novio/a, esposo/a, amigo/a etc.). Están fuertemente tomados de la mano ya que están en el mismo nivel, todo está perfecto, juntos estan disfrutando estar ahí.

Pero de pronto tu subes un escalón, pero esa persona no. Esa persona prefiere mantenerse en el primer nivel. Ok, no hay problema, aún es fácil estar tomados de las manos. Pero tu subes un escalón mas y esa persona se niega a hacerlo. Ya las manos han empezado a estirarse y ya no es tan cómodo como al principio.

Subes un escalón mas y ya el tirón es fuerte. Ya no lo disfrutas y empiezas a sentir que esta persona frena tu avance, pero tu quieres que esa persona suba contigo para no perderla. Desafortunadamente para esa persona no ha llegado el momento de subir de nivel, así que se mantiene en su posición inicial.

Subes un escalón mas y es ahí cuando mantenerse unidos ya es muy difícil; te duele, y mucho. Luchas entre tu deseo de que esa persona suba, de no perderla pero tu ya no puedes, ni quieres bajar de nivel.

En un nuevo movimiento hacia arriba viene lo inevitable y se sueltan de las manos. Puedes quedarte ahi y llorar y patalear tratando de convencerle de que te siga, que te acompañe. Puedes incluso ir en contra todo tu ser y tu mismo/a bajar de nivel con tal de no perderla, pero después de esa ruptura en el lazo ya nada es igual. Así que por mas doloroso y dificíl que sea, entiendes que no puedes hacer más excepto seguir avanzando y esperar que algun día vuelvan a estar al mismo nivel para volver a estar juntos.

Esto pasa cuando inicias tu camino de superación personal y crecimiento interior. En ese proceso, en ese avance, puedes llegar a perder muchas cosas importantes en tu vida: pareja, amigos, trabajos, pertenencias y todo lo que ya no coincide con quien te estas convirtiendo ni puede estar en el nivel al que estas accesando. Puedes pelearte con la vida pero el proceso asi es.

El crecimiento personal es eso, personal – individual y no en grupo. Puede ser que después de un tiempo esa persona decida emprender su propio camino y te alcance o suba incluso mucho mas que tu, pero es importante que estes consciente de que no se puede forzar nada en esta vida.

Llega un momento en tu escalera que te llevará a convertirte en una mejor persona, en que puedes quedarte solo/a un tiempo. Duele, claro que duele, y duele mucho; pero luego, conforme vas avanzando te vas encontrando en esos niveles con personas mucho más afines a ti. Personas que gracias a su propio proceso estan en el mismo nivel que tu y que si tu sigues avanzando, ellos tambien lo harán.

En esos niveles de avance ya no hay dolor, ni apego, ni sufrimiento; solo hay amor, comprension y respeto absoluto. Así es nuestra vida, una infinita escalera en donde estaremos con las personas que esten en el mismo nivel que nosotros. Y si alguien cambia, la estructura se acomoda.

Me costó mucho soltarme, aún después de una fuerte ruptura, seguía viendo para atras, esperando un milagro, y el milagro apareció; pero no de la manera en que yo hubiera esperado. Apareció bajo otros nombres, otros cuerpos, otras actividades.

Perdí a una amiga y gané a 20 más. Perdí un mal trabajo y ahora tengo un excelente empleo con oportunidades de tener más de lo que soñé alguna vez. Perdí un auto que no me gustaba y ahora manejo el auto de mis sueños. Perdí a un hombre al que creí amar para darme cuenta que ahora lo que tengo en este momento de mi vida, ni siquiera podía soñarlo hace unos cuantos meses.

Cada perdida, cada cosa que sale de tu vida es porque así tiene que ser. Dejalo ir y préparate para todo lo bueno que vendrá después a tu vida. Tu sigue avanzando y confia, porque esta escalera es mágica y si no me crees, porque no lo compruebas por ti mismo/a.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Pescado Fresco

Los japoneses siempre han gustado del pescado fresco. Pero las aguas cercanas a Japón no han tenido muchos peces por décadas. Así que para alimentar a la población japonesa, los barcos pesqueros fueron fabricados más grandes para ir mar adentro.

Mientras más lejos iban los pescadores, más era el tiempo que les tomaba regresar a entregar el pescado. Si el viaje tomaba varios días, el pescado ya no estaba fresco.

Para resolver el problema, las compañías instalaron congeladores en los barcos pesqueros. Así podían pescar y poner los pescados en los congeladores. Sin embargo, los japoneses pudieron percibir la diferencia entre el pescado congelado y el fresco y no les gustaba el congelado; por lo tanto, tenían que venderlo más barato.

Las compañías instalaron entonces en los barcos tanques para los peces. Podían así pescar los peces, meterlos en los tanques y mantenerlos vivos hasta llegar a la costa. Pero después de un tiempo los peces dejaban de moverse en el tanque. Estaban aburridos y cansados, aunque vivos. Los consumidores japoneses también notaron la diferencia del sabor porque cuando los peces dejan de moverse por días, pierden el sabor fresco.

Y ¿cómo resolvieron el problema las compañías japonesas? ¿cómo consiguieron traer pescado con sabor de pescado fresco?

Si las compañías japonesas te pidieran asesoría, ¿qué les recomendarías?



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Mientras piensas en la solución, lee lo que sigue:

Tan pronto una persona alcanza sus metas, tales como empezar una nueva empresa, pagar sus deudas, encontrar una pareja maravillosa, o lo que sea, empieza a perder la pasión. Ya no necesitará esforzarse tanto. Experimentan el mismo problema que las personas que se ganan la lotería, o el de quienes heredan mucho dinero y nunca maduran, o de quienes se quedan en casa y se hacen adictos a los medicamentos para la depresión o la ansiedad.

Como el problema de los pescadores japoneses, la solución es sencilla y se resume en esta Frase:


Las personas prosperan mas cuando hay desafíos en su medio ambiente.


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Para mantener el sabor fresco de los peces, las compañías pesqueras ponen a los peces dentro de los tanques en los botes, pero ahora ponen también un ¡Tiburón pequeño!
Claro que el tiburón se come algunos peces, pero los demás llegan muy, pero muy vivos. ¡Los peces son desafiados! Tienen que nadar durante todo el trayecto dentro del tanque, para mantenerse vivos.

Cuando alcances tus metas proponte otras mayores. Nunca debes crear el éxito para luego acostarte en él.

Así que, invita un "tiburón a tu tanque", y descubre que tan lejos realmente puedes llegar.

Unos cuantos "tiburones" te harán conocer tu potencial, que no te asusten sus "dientes ni sus trampas" tu sigue alerta, pero siempre "fresco".

Siempre habrá tiburones a donde vayas.

Estamos todos en el mismo sitio, donde siempre tendremos dificultades y ellas serán bienvenidas si las sabemos mirar como las oportunidades para encontrar nuevos caminos, para escuchar otras opiniones, para aprender nuevas maneras de ver la vida, para fortalecer nuestro espíritu y sacar lo mejor de nosotros mismos.

domingo, 21 de noviembre de 2010

LOS 4 ACUERDOS

Todo lo que hacemos esta basado en acuerdos que hemos hecho – acuerdos con nosotros mismos, con otros, con Dios y con la vida misma. Pero los acuerdos más importantes son aquellos que hacemos con nosotros. En estos acuerdos nos decimos quienes somos, como debemos de actuar, lo que es posible e imposible. Un solo acuerdo no presenta muchos problemas para nosotros, pero tenemos muchos de ellos que tienen su origen en el miedo, nos roban nuestra energía y disminuyen nuestro valor como ser humano valioso.
Cuando estamos listos para realizar un verdadero cambio en nuestra vida, estos 4 acuerdos, por muy simples que parezcan son muy poderosos que podemos usarlos como principios que rigen nuestra vida. Estos 4 acuerdos nos ofrece un poderoso codigo de conducta que rapidamente pueden transformar nuestra vida en una serie de experiencias de libertad verdadera felicidad y amor.



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Acuerdo No. 1 – No Hagas Suposiciones
No asumas ni supongas nada que no hayas comprobado. Si tienes cualquier duda, (por muy pequeña que sea) aclárala. Si sospechas de algo, pregunta.

Hacer suposiciones te lleva a inventar historias increíbles que sólo envenenan tu alma y que, con frecuencia, no tienen ningun fundamento.

Acuerdo No. 2 – Habla Impecablemente y Honra tu Palabra
Lo que sale de tu boca es lo que realmente eres tú. Tus palabras tienen magia, pueden construir o destruir tu vida y la de los demás. Si no cuidas y honras tus palabras, no te estás honrando a ti mismo; y si no te honras a ti mismo, no te amas.

Honrar tus palabras es ser coherente entre lo que piensas, lo que dices y lo que haces. De esta manera, eres auténtico y te hace respetable ante los demás y ante ti mismo.

Acuerdo No. 3 – Haz Siempre lo Mejor que Puedas
Si siempre haces lo mejor que puedas, nunca podrás recriminarte ni arrepentirte de nada.

Acuerdo No. 4 – No te tomes nada personal
Ni la peor ofensa. Ni el peor desaire. Ni la más grave herida.

En la medida que alguien te quiere lastimar, en esa medida ese alguien se lastima a si mismo. Pero el problema es de él y no tuyo. Tú decides si lo aceptas o no.



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Comentarios Adicionales de Anthony Cooper

1º.- En ingles la palabra asumir se escribe "ASSUME" y existe un refrán popular que dice "When you ASSUME, you make an ASS out of U and ME", (Cuando asumes, haces un tonto de mi y de ti).
Casi siempre nos equivocamos al asumir cosas, debido a que le damos nuestra interpretación de acuerdo a nuestros filtros mentales y percepción de la situación. Esto provoca que la información se distorcione en nuestra mente alejando nuestra interpretación de los hechos de lo que es la verdad/realidad.

Cuando las personas suponen, es porque en muchas ocasiones existe un mala comunicación y por no preguntar o aclarar las cosas, problemas ocurren entre las personas. Debemos tener la seguridad en nosotros y la confianza en la otra persona para poder tener una comunicación honesta y abierta para así evitar los riesgos que existen al suponer las cosas sin contar con toda la información completa.


2º.- Tus palabras son el reflejo de ti. Úsalas con cautela y responsabilidad. Con las palabras puedes construir o destruir relaciones en menos de lo piensas, son muy poderosas. Con palabras calidas puedes demostrar amor, apreciación y respeto; lo que toda persona desea (y necesita).


3º.- Cuando era niño mi padre nos enseño a mi hermana y a mi una frase que iba grabada en los antiguos tanques de agua que llevaban agua potable a las casas y a las fuerzas armadas australianas en el campo de batalla. Estos tanques se llamaban "Furphy Water Tanks" y la frase era, "Good, better, best; never let it rest; till your good is better; and your better best", (Bueno, mejor, lo mejor; nunca descanses hasta que tu bueno sea mejor y tu mejor, lo mejor). Nunca lo olvidaré.
Siempre esforzarse es una cualidad de una líder y de una persona comprometida con su constante desarrollo personal y profesional. Las personas más exitosas en la historia han sido personas que no se han conformado con actitudes que reflejan "casi", "ya mero", "así esta bien", "para que preocuparse" etc. Las personas de éxito son personas que incansablemente buscan la excelencia en todo lo que hacen a pesar del extra esfuerzo y recursos que requiere. Haz siempre lo mejor y tu mismo sentirás el orgullo que viene de haberse esforzado al máximo – no hay otra sensación igual.


4º.- Eleanor Roosvelt, la esposa del ex presidente de los EUA dijo "Nadie te puede hacer sentir inferior sin tu consentimiento", al igual que nadie te puede hacer enojar, ni hacer feliz, ni triste, ni nada al menos de que lo permitas. Siempre tienes la capacidad de tener el total control de tus sentimientos y si tu mantienes una actitud positiva y de confianza en ti, lo que dicen los demás no tiene porque afectarte.
Muchas veces al escuchar una critica o comentario acerca de algo que hemos hecho, dicho o tenemos lo tomamos personalmente a pesar de que el otro se refería a la situación y no a ti. Debemos de escuchar cuidadosamente las palabras del otro y mantener nuestros impulsos bajo control. Y aunque parezca imposible, si se puede.

En una conferencia con Blair Singer y T. Harv Eker, Blair dijo "Cuando hay mucha emoción, el nivel de inteligencia baja". Las emociones no nos permiten a reaccionar con lógica y razón y terminamos haciendo y diciendo cosas de lo cual nos podemos arrepentir. Al tomar las cosas personalmente le estamos dando la oportunidad a que nuestras emociones controlen nuestra reacción en vez de nuestra cabeza.

jueves, 11 de noviembre de 2010

El Abogado

EN CIERTA OCASIÓN DURANTE UNA CHARLA QUE DI ANTE UN GRUPO DE ABOGADOS, ME HICIERON ESTA PREGUNTA: "QUE ES LO MAS IMPORTANTE QUE HA HECHO EN SU VIDA?".

LA RESPUESTA ME VINO A LA MENTE EN EL ACTO, PERO NO FUE LA QUE DI, PORQUE LAS CIRCUNSTANCIAS NO ERAN LAS APROPIADAS. EN MI CALIDAD DE ABOGADO DE LA INDUSTRIA DEL ESPECTÁCULO, SABIA QUE LOS ASISTENTES DESEABAN ESCUCHAR ANÉCDOTAS SOBRE MI TRABAJO CON LAS CELEBRIDADES.

PERO, HE AQUÍ LA VERDADERA, LA QUE SURGIÓ DE LO MAS RECÓNDITO DE MIS RECUERDOS.

LO MAS IMPORTANTE QUE HE HECHO EN LA VIDA TUVO LUGAR EL 8 DE OCTUBRE DE 1990. MI MADRE CUMPLÍA 65 AÑOS, Y YO HABÍA VIAJADO A CASA DE MIS PADRES EN MASSACHUSETTS, PARA CELEBRAR CON LA FAMILIA.

COMENCÉ EL DÍA JUGANDO CON UN EXCONDISCIPULO Y AMIGO MÍO AL QUE NO HABÍA VISTO EN MUCHO TIEMPO. ENTRE JUGADA Y JUGADA CONVERSAMOS ACERCA DE LO QUE ESTABA PASANDO EN LA VIDA DE CADA CUAL. ME CONTÓ QUE SU ESPOSA Y ÉL ACABABAN DE TENER UN BEBE, Y QUE EL PEQUEÑO LOS MANTENÍA EN VELA TODAS LAS NOCHES.

MIENTRAS JUGÁBAMOS, UN COCHE SE ACERCO HACIENDO RECHINAR LAS LLANTAS Y TOCANDO EL CLAXON CON INSISTENCIA. ERA EL PADRE DE MI AMIGO, QUE CONSTERNADO, LE DIJO QUE SU BEBE HABÍA DEJADO DE RESPIRAR Y LO HABÍAN LLEVADO DE URGENCIA AL HOSPITAL.

EN UN INSTANTE MI AMIGO SUBIÓ AL AUTO Y SE MARCHO, DEJANDO TRAS DE SI UNA NUBE DE POLVO.

POR UN MOMENTO ME QUEDE DONDE ESTABA, SIN ACERTAR A MOVERME, PERO LUEGO TRATE DE PENSAR QUE DEBÍA HACER. SEGUIR A MI AMIGO AL HOSPITAL? MI PRESENCIA ALLÍ, ME DIJE, NO IBA A SERVIR DE NADA, PUES LA CRIATURA SEGURAMENTE ESTARÍA AL CUIDADO DE MÉDICOS Y ENFERMERAS, Y NADA DE LO QUE YO HICIERA O DIJERA IBA A CAMBIAR LAS COSAS. "BRINDARLE MI APOYO MORAL? BUENO, QUIZÁ. PERO TANTO EL COMO SU ESPOSA PROVENÍAN DE FAMILIAS NUMEROSAS Y SIN DUDA ESTARÍAN RODEADOS DE PARIENTES QUE LES OFRECERÍAN CONSUELO Y EL APOYO
NECESARIOS PASARA LO QUE PASARA. LO ÚNICO QUE HARÍA SERIA ESTORBAR.

ADEMAS HABÍA PLANEADO DEDICAR TODO MI TIEMPO A MI FAMILIA, QUE ESTABA AGUARDANDO MI REGRESO. ASÍ, DECIDÍ REUNIRME CON ELLOS E IR MAS TARDE A VER A MI AMIGO.

AL PONER EN MARCHA EL AUTO QUE HABÍA RENTADO, ME PERCATE QUE MI AMIGO HABÍA DEJADO SU CAMIONETA, CON LAS LLAVES PUESTAS, ESTACIONADA JUNTO A LAS CANCHAS. ME VI ENTONCES ANTE OTRO DILEMA: NO PODÍA DEJAR ASÍ EL VEHÍCULO, PERO SI LO CERRABA Y ME LLEVABA LAS LLAVES, "QUE IBA A HACER CON ELLAS?".

PODÍA PASAR A SU CASA A DEJARLAS, PERO COMO NO TENIA A LA MANO NI UN PAPEL PARA ESCRIBIRLE UNA NOTA, NO PODRÍA AVISARLE LO QUE HABÍA
HECHO. DECIDÍ PUES IR AL HOSPITAL Y ENTREGARLE LAS LLAVES. CUANDO LLEGUE, ME INDICARON EN QUE SALA ESTABAN MI AMIGO Y SU ESPOSA, COMO SUPUSE, EL RECINTO ESTABA LLENO DE FAMILIARES QUE TRATABAN DE CONSOLARLOS.

ENTRE SIN HACER RUIDO Y ME QUEDE JUNTO A LA PUERTA, TRATANDO DE DECIDIR QUE HACER. NO TARDO EN PRESENTARSE UN MEDICO, QUE SE ACERCO A LA PAREJA Y, EN VOZ BAJA LES COMUNICO QUE SU BEBE HABÍA FALLECIDO, VÍCTIMA DEL SÍNDROME CONOCIDO COMO MUERTE EN LA CUNA. DURANTE LO QUE PARECIÓ UNA ETERNIDAD, ESTUVIERON ABRAZADOS, LLORANDO, MIENTRAS TODOS LOS DEMÁS LOS RODEAMOS EN
MEDIO DEL SILENCIO Y EL DOLOR.

CUANDO SE RECUPERARON UN POCO, EL MEDICO LES PREGUNTO SI DESEABAN ESTAR UNOS MOMENTOS CON SU HIJO. MI AMIGO Y SU ESPOSA SE PUSIERON DE PIE CAMINARON RESIGNADAMENTE HACIA LA PUERTA. AL VERME ALLÍ, EN UN RINCÓN, LA MADRE SE ACERCO, ME ABRAZO Y COMENZÓ A LLORAR. TAMBIÉN MI AMIGO SE REFUGIO EN MIS BRAZOS. "GRACIAS POR ESTAR AQUÍ" ME DIJO. DURANTE EL RESTO DE LA MAÑANA PERMANECÍ SENTADO EN LA SALA DE URGENCIAS DEL HOSPITAL, VIENDO A MI AMIGO Y A SU ESPOSA SOSTENER EN BRAZOS A SU BEBE Y DESPEDIRSE DE ÉL.

ESO ES LO MAS IMPORTANTE QUE HE HECHO EN MI VIDA. AQUELLA EXPERIENCIA ME DEJO TRES ENSEÑANZAS:

PRIMERA: LO MAS IMPORTANTE QUE HE HECHO EN LA VIDA OCURRIÓ CUANDO NO HABÍA ABSOLUTAMENTE NADA QUE YO PUDIERA HACER. NADA DE LO QUE APRENDÍ EN LA UNIVERSIDAD, NI EN LOS SEIS AÑOS QUE LLEVABA EJERCIENDO MI PROFESIÓN, ME SIRVIÓ EN TALES CIRCUNSTANCIAS. A DOS PERSONAS A LAS QUE YO ESTIMABA LES SOBREVINO UNA DESGRACIA, Y YO ERA IMPOTENTE PARA REMEDIARLA. LO ÚNICO QUE PUDE HACER FUE ACOMPAÑARLOS Y ESPERAR EL DESENLACE. PERO ESTAR ALLÍ EN ESOS MOMENTOS EN QUE ALGUIEN ME NECESITABA ERA LO PRINCIPAL.

SEGUNDA: ESTOY CONVENCIDO QUE LO MAS IMPORTANTE QUE HE HECHO EN MI VIDA ESTUVO A PUNTO DE NO OCURRIR DEBIDO A LAS COSAS QUE APRENDÍ EN LA UNIVERSIDAD Y EN MI VIDA PROFESIONAL. EN LA ESCUELA DE DERECHO ME ENSEÑARON A TOMAR LOS DATOS, ANALIZARLOS Y ORGANIZARLOS Y DESPUÉS EVALUAR ESA INFORMACIÓN SIN APASIONAMIENTOS. ESA HABILIDAD ES VITAL EN LOS ABOGADOS.

CUANDO LA GENTE ACUDE A NOSOTROS EN BUSCA DE AYUDA, SUELE ESTAR ANGUSTIADA Y NECESITA QUE SU ABOGADO PIENSE CON LÓGICA. PERO, AL APRENDER A PENSAR, CASI ME OLVIDE DE SENTIR. HOY, NO TENGO DUDA ALGUNA QUE DEBÍ HABER SUBIDO AL COCHE SIN TITUBEAR Y SEGUIR A MI AMIGO AL HOSPITAL.

TERCERA: APRENDÍ QUE LA VIDA PUEDE CAMBIAR EN UN INSTANTE.
INTELECTUALMENTE, TODOS SABEMOS ESTO, PERO CREEMOS QUE LAS
DESDICHAS LES PASAN A OTROS. ASÍ, PUES HACEMOS PLANES Y CONCEBIMOS NUESTRO FUTURO COMO ALGO TAN REAL QUE PARECIERA QUE YA OCURRIÓ. PERO, AL UBICARNOS EN EL MAÑANA DEJAMOS DE ADVERTIR TODOS LOS PRESENTES QUE PASAN JUNTO A NOSOTROS, Y OLVIDAMOS QUE PERDER EL EMPLEO, SUFRIR UNA ENFERMEDAD GRAVE, TOPARSE CON UN CONDUCTOR EBRIO Y MILES DE COSAS MAS PUEDEN ALTERAR ESE FUTURO EN UN ABRIR Y CERRAR DE OJOS.

EN OCASIONES A UNO LE HACE FALTA VIVIR UNA TRAGEDIA PARA VOLVER A PONER LAS COSAS EN PERSPECTIVA. DESDE AQUEL DÍA BUSQUE UN EQUILIBRIO ENTRE EL TRABAJO Y LA VIDA; APRENDÍ QUE NINGÚN EMPLEO, POR GRATIFICANTE QUE SEA, COMPENSA PERDERSE UNAS VACACIONES, ROMPER CON LA PAREJA O PASAR UN DÍA FESTIVO LEJOS DE LA FAMILIA. Y APRENDÍ QUE LO MAS IMPORTANTE EN LA VIDA NO ES GANAR DINERO, NI ASCENDER EN LA ESCALA SOCIAL, NI RECIBIR HONORES. LO MAS IMPORTANTE EN LA VIDA ES: EL TIEMPO QUE DEDICAMOS A CULTIVAR UNA AMISTAD.

viernes, 5 de noviembre de 2010

LA BARCA DE LA VIDA

Tómate unos momentos para visualizar una barca, avanzando suavemente a través
del agua. Todo está yendo bien, el viaje es placentero.

Ahora imagina que de alguna forma, se produce un agujero en la barca. El agua
empieza a entrar. A medida que entra más y más agua, la barca empieza a
hundirse, hasta que finalmente se hunde del todo.

Esta es la historia de la “barca” de nuestra vida.

Para muchos de nosotros, el inicio del viaje está lleno de inocencia, amor y
confianza. Sin embargo, en algún momento del viaje, empezamos a
hundirnos. Nos quedamos abrumados y nos detenemos. ¿Por qué? Las
influencias externas nos inundan, llevándose nuestra fe, haciendo
difícil defender nuestros valores y principios. Nos hacemos dependientes
de los demás y de las circunstancias y, finalmente, mendigos de
felicidad y de paz.

La verdadera esperanza de cambiar empieza sólo cuando comprendemos lo que necesitamos hacer, y lo hacemos. Todo lo
que aprendemos en nuestro camino espiritual nos lo necesitamos explicar
en primer lugar a nosotros mismos.

“Necesito cambiar”. Ésa es la perspectiva correcta, no importa qué clase de situación o persona esté
frente a nosotros. Y necesitamos revisarnos en esto: ¿Cuándo planeo
cambiar? ¿Hoy? ¿Mañana? ¿El año que viene? Se puede desperdiciar mucho
tiempo esperando que otros cambien primero.

Incluso el decir, “Vale… creo que lo he captado. Voy a probar”, es retrasar el proceso de restauración.

¿Cuándo lo probarás?

Hay poder en decir: “¡Sí, lo he comprendido!” y cambiar algo en uno mismo en ese mismo momento.

Piensa: Si no lo hago yo, entonces, ¿quién? Si no es ahora, entonces ¿cuándo?...

viernes, 15 de octubre de 2010

El Leñador Tenaz

Había una vez un leñador que se presentó a trabajar en una maderera. El sueldo era bueno y las condiciones de trabajo mejores aún, así que el leñador se propuso hacer un buen papel.
El primer día se presentó al capataz, que le dio un hacha y le asignó una zona del bosque. El hombre, entusiasmado, salió al bosque a talar. En un solo día cortó 18 árboles.

- Te felicito -le dijo el capataz -. Sigue así.

Animado por las palabras del capataz, el leñador se decidió a mejorar su propio trabajo al día siguiente. Así que esa noche se acostó bien temprano. A la mañana siguiente, se levantó antes que nadie y se fue al bosque. A pesar de todo su empeño, no consiguió cortar más de 15 árboles. - Debo estar cansado - pensó. Y decidió acostarse con la puesta de sol.

Al amanecer, se levantó decidido a batir su marca de 18 árboles. Sin embargo, ese día no llegó ni a la mitad. Al día siguiente fueron 7, luego 5, y el último día estuvo toda la tarde tratando de talar su segundo árbol. Inquieto por lo que diría el capataz, el leñador fue a contarle lo que le estaba pasando y a jurarle y perjurarle que se estaba esforzando hasta los límites del desfallecimiento. El capataz le preguntó: "¿Cuándo afilaste tu hacha por última vez?".

- ¿Afilar? No he tenido tiempo de afilar: he estado demasiado ocupado talando árboles.


Y vosotros... ¿habéis tenido tiempo para afilar el hacha?

Es muy frecuente concentrarte tanto en la tarea, que se te olvida hacer un alto y pensar como se puede hacer mejor, hacemos lo que hacemos todos los dias y es increible como en ocaciones no se logra la perfeccion o la excelencia siendo algo que se repite dia a dia.
Asi como el leñador le pregunto a su capataz, es importante preguntarle a los veteranos o expertos cómo podemos ¨cortar mas arboles¨ y nos daremos cuenta que es algo tan simple como afilar nuestras herramientas-


Mírate a ti mismo Angel José, si no tienes que afilar algun hacha
¿De qué sirve, empezar con un enorme esfuerzo que pronto se volverá insuficiente? Cuando me esfuerzo, el tiempo de recuperación nunca es suficiente para optimizar mi rendimiento. Descansar, cambiar de ocupación, hacer otras cosas, es muchas veces una manera de afilar nuestras herramientas. Seguir haciendo algo a la fuerza, en cambio, es un vano intento de reemplazar con voluntad la incapacidad de un individuo en un momento determinado, y a veces nos puede llevar a la ANSIEDAD

Este cuento de Jorge Bucay se lo dedico además a los estudiantes (Mario y Hugo) que se esfuerzan tanto para hacer un trabajo o aprobar los exámenes. A todos ellos les envio fuerza y ánimo!!!!

domingo, 10 de octubre de 2010

EL JARRÓN Y LA ROSA AMARILLA

Cierto día en un monasterio Budista, se encontraron con la muerte de uno de sus guardianes y fue preciso encontrar un substituto. El Gran Maestro convoco a todos los discípulos para determinar quien seria el nuevo centinela. El Maestro, con mucha tranquilidad y calma, dijo: "Asumirá el puesto el primer monje que resuelva el problema que voy a presentar." Entonces coloco una magnifica mesita en el centro de la enorme sala en que estaban reunidos y encima de esta, coloco un jarrón de porcelana muy raro con una rosa amarilla de extraordinaria belleza en el y dijo así: "!Aquí esta el problema! " Todos quedaron asombrados mirando aquella escena; un jarrón de extremo valor y belleza, con una maravillosa flor en el centro. ¿Que representaría?, ¿Que hacer?, ¿Cual es el enigma? En ese instante, uno de los discípulos saco una espada, miro al Gran Maestro, y a todos sus compañeros, se dirigió al centro de la sala y ... ZAZ ... destruyo todo de un solo golpe. Tan pronto el discípulo retorno a su lugar, el Gran Maestro dijo: "Usted será el nuevo guardián del Castillo".

Moraleja de la Historia: No importa cual sea el problema, ni que sea algo lindísimo, si ves un problema, precisa ser eliminado, terminado, concluido. Un problema es un problema, no importa que se trate de una mujer sensacional, o de un hombre maravilloso o de un gran amor que se acabo, por más lindo que sea o haya sido, si no existiera mas sentido para el en tu vida, tiene que ser suprimido porque corres el riesgo de permanecer con el, el resto de tu vida. Muchas personas cargan la vida entera el peso de cosas que fueron importantes en el pasado, y que hoy solamente ocupan un espacio inútil en sus corazones y mentes, espacio que es indispensable para recrear la vida, sobre todo si el problema es algún sentimiento de rencor o reproche, que aunque en algún momento de tu vida te haya hecho mucho daño, eso solo forma parte de un pasado.

Existe un proverbio Chino que dice: "Para poder beber vino es necesario primero tirar el te". Limpia tu vida, comienza por las cajones, armarios, hasta llegar a eso que ya no tiene mas sentido y que está ocupando espacio y que muchas veces lejos de ayudarte te hiere y te impide tomar un curso diferente en tu vida. El pasado sirve como lección, como experiencia, como referencia. El pasado sirve para ser recordado y no para ser revivido. Usa las experiencias del pasado en el presente, para construir tu futuro. Necesariamente en ese orden!

domingo, 3 de octubre de 2010

Lo bueno de ser Sordo

Era una vez una carrera .... de sapos !
El objetivo era llegar a lo alto de una gran torre.
Había en el lugar una gran multitud.
Mucha gente para vibrar y gritar por ellos.
Comenzó la competencia.
Pero como la multitud no creía que pudieran alcanzar la cima de aquella torre, lo que más se escuchaba era :
"Que pena !!! esos sapos no lo van a conseguir ...no lo van a conseguir..."
Los sapitos comenzaron a desistir.
Pero había uno que persistía y continuaba subiendo en busca de la cima.
La multitud continuaba gritando "... que pena !!! no lo van a conseguir!..."
Y los sapitos estaban dándose por vencidos.
Salvo por aquel sapito que seguía y seguía tranquilo y ahora cada vez con más y más fuerza.
Cuando estaban llegando el final de la competición todos desistieron, menos ese sapito que curiosamente en contra de todos, seguía.
Finalmente llegó a la cima con todo su esfuerzo.
Los otros querían saber qué le había pasado.
Un sapito le fue a preguntar como él había conseguido concluir la prueba.
Y descubrieron que era sordo.
No permitas que personas con el pésimo hábito de ser negativos derrumben las mejores y más sabias esperanzas de tu corazón!
Recuerda siempre el poder que tienen las palabras que escuchas.
Por lo tanto, preocúpate siempre en ser POSITIVO
Resumiendo
Se siempre "sordo" cuando alguien te dice que no puedes realizar tus sueños

sábado, 25 de septiembre de 2010

Alegoría del Carruaje

Un día de octubre, una voz familiar en el teléfono me dice:
—Sal a la calle que hay un regalo para ti.
Entusiasmado, salgo a la vereda y me encuentro con el regalo. Es un precioso carruaje estacionado justo frente a la puerta de mi casa. Es de madera de nogal lustrada, tiene herrajes de bronce y lámparas de cerámica blanca, todo muy fino, muy elegante, muy “chic”. Abro la portezuela de la cabina y subo. Un gran asiento semicircular forrado en pana bordó y unos visillos de encaje blanco le dan un toque de realeza al cubículo. Me siento y me doy cuenta que todo está diseñado exclusivamente para mí, está calculado el largo de las piernas, el ancho del asiento, la altura del techo... todo es muy cómodo, y no hay lugar para nadie más.
Entonces miro por la ventana y veo “el paisaje”: de un lado el frente de mi casa, del otro el frente de la casa de mi vecino... y digo: “¡Qué bárbaro este regalo! Qué bien, qué bonito...” Y me quedo un rato disfrutando de esa sensación.
Al rato empiezo a aburrirme; lo que se ve por la ventana es siempre lo mismo.
Me pregunto: “¿Cuánto tiempo uno puede ver las mismas cosas?” Y empiezo a convencerme de que el regalo que me hicieron no sirve para nada.
De eso me ando quejando en voz alta cuando pasa mi vecino que me dice, como adivinándome:
—¿No te das cuenta que a este carruaje le falta algo?
Yo pongo cara de qué-le-falta mientras miro las alfombras y los tapizados.
—Le faltan los caballos —me dice antes que llegue a preguntarle.
Por eso veo siempre lo mismo —pienso—, por eso me parece aburrido...
—Cierto —digo yo.
Entonces voy hasta la cuadra y le ato dos caballos al carruaje. Me subo otra vez y desde adentro grito:
—¡¡Eaaaaa!!
El paisaje se vuelve maravilloso, extraordinario, cambia permanentemente y eso me sorprende.
Sin embargo, al poco tiempo empiezo a sentir cierta vibración en el carruaje y a ver el comienzo de una rajadura en uno de los laterales.
Son los caballos que me conducen por caminos terribles; agarran todos los pozos, se suben a las veredas, me llevan por barrios peligrosos.
Me doy cuenta que yo no tengo ningún control de na-da; los caballos me arrastran a donde ellos quieren.
Al principio, ese derrotero era muy lindo, pero al final siento que es muy peligroso.
Comienzo a asustarme y a darme cuenta que esto tampoco sirve.
En ese momento, veo a mi vecino que pasa por ahí cerca, en su auto. Lo insulto:
—¡Qué me hizo!
Me grita:
—¡Te falta el cochero!
—¡Ah! —digo yo.
Con gran dificultad y con su ayuda, sofreno los caballos y decido contratar a un cochero. A los pocos días asume funciones. Es un hombre formal y circunspecto con cara de poco humor y mucho conocimiento.
Me parece que ahora sí estoy preparado para disfrutar verdaderamente del regalo que me hicieron.
Me subo, me acomodo, asomo la cabeza y le indico al cochero adónde quiero ir.
Él conduce, él controla la situación, él decide la velocidad adecuada y elige la mejor ruta.
Yo... Yo disfruto del viaje.

Esta pequeña alegoría debería servirnos para entender el concepto holístico del ser.
Hemos nacido, salido de nuestra “casa” y nos hemos encontrado con un regalo: nuestro cuerpo. Un carruaje diseñado especialmente para cada uno de nosotros. Un vehículo capaz de adaptarse a los cambios con el paso del tiempo, pero que será el mismo durante todo el viaje.
A poco de nacer, nuestro cuerpo registró un deseo, una necesidad, un requerimiento instintivo, y se movió. Este carruaje —el cuerpo— no serviría para nada si no tuviese caballos; ellos son los deseos, las necesidades, las pulsiones y los afectos y también los sentimientos
Todo va bien durante un tiempo, pero en algún momento empezamos a darnos cuenta que estos deseos nos llevaban por caminos un poco arriesgados y a veces peligrosos, y entonces tenemos necesidad de sofrenarlos. Aquí es cuando aparece la figura del cochero: nuestra cabeza, nuestro intelecto, nuestra capacidad de pensar racionalmente. Ese cochero manejará nuestro mejor tránsito.
Hay que saber que cada uno de nosotros es por lo menos los tres personajes que intervienen allí.
Tu eres el carruaje, los caballos y el cochero durante todo el camino, que es tu propia vida.
La armonía deberás construirla con todas estas partes, cuidando de no dejar de ocuparte de ninguno de estos tres protagonistas.
Dejar que tu cuerpo sea llevado sólo por tus impulsos, tus afectos o tus pasiones puede ser y es sumamente peligroso. Es decir, necesitás de tu cabeza para ejercer cierto orden en tu vida.
El cochero sirve para evaluar el camino, la ruta. Pero quienes realmente tiran del carruaje son tus caballos. No permitas que el cochero los descuide. Tienen que ser alimentados y protegidos, porque... ¿qué harías sin los caballos? ¿Qué sería de vos si fueras solamente cuerpo y cerebro? Si no tuvieras ningún deseo, ¿cómo sería la vida? Sería como la de esa gente que va por el mundo sin contacto con sus emociones, dejando que solamente su cerebro empuje el carruaje.
Obviamente, tampoco podés descuidar el carruaje, porque tiene que durar todo el trayecto. Y esto implicará reparar, cuidar, afinar lo que sea necesario para su mantenimiento. Si nadie lo cuida, el carruaje se rompe, y si se rompe se acabó el viaje.
Cuando puedo comprender esto, cuando sé que soy mi cuerpo, mi dolor de cabeza y mi sensación de apetito, que soy mis ganas y mis deseos y mis instintos; que soy además mis reflexiones y mi mente pensante y mis experiencias... Es en ese momento cuando estoy en condiciones de empezar, equipado, este camino, que es el que hoy decido para mí.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Cerrando Círculos

Cerrar círculos es imprescindible si queremos que nuestra vida sea "redonda", completa. Cuando lo consigues, cuando nada te impide lograrlo, cuando no te importa "el qué dirán", porque tu corazón te habla en susurros, una suave brisa recorre tu cuerpo y te anuncia tu primavera particular.

Cuando vivimos, existimos, nos relacionamos, establecemos interacciones bidireccionales que a veces fortalecen, otras duelen, algunas más enseñan y otras pocas acrecientan. Es absolutamente normal porque forma parte de la fuerza existente que denominamos Vida.

Se van cumpliendo etapas con cada momento, época, lugar y persona que cumplen siempre una función determinada y absolutamente necesaria, aunque la mayoría de las veces no sea evidente en un primer momento.

Cubierta la etapa, acabada la misma, avanzamos, seguimos caminando, existiendo, pero a veces nos olvidamos de cerrarla, de terminarla, no en un sentido finalista de todo o nada, sino de lo que ella nos transmitía y en la forma en que ha transcurrido.

Igual ocurre con las relaciones, personales, fraternales, amorosas, laborales, en definitiva, vitales. Pasa la etapa, el corazón lo sabe, el alma lo confirma el espíritu te encamina sin remedio hacia la siguiente, pero tu mente, con sus cargas de prejuicios, condicionamientos, estrecheces, miras distorsionadas, ilusiones y desesperanzas, frustraciones varias, decide intervenir y te "empuja" a seguir con algo que ya no debe ni puede ser igual.


Tu única salida es escuchar la profundida de tu corazón, de tu alma, y hacerle caso, eso sí, cerrando impecablemente el círculo, amorosamente, con el corazón, no con el estómago, con el amor, no con la pasión, con generosidad y comprensión.

Eso vale para cada parte, agradeciendo las enseñanzas recibidas, el aporte efectuado, lo vivido, y deseando lo mejor. Diciendo Adios con el alma en una mano y el corazón en la otra, como sólo tu sabes y puedes hacerlo, aunque creas imposible esto que ahora te digo.

La mochila tiene sentido durante una parte del viaje, pero cuando realizas otro, en ese ínterin, descárgate de ella y vive libre, disfrutando de lo único posible que tienes más a mano: ¡¡tu SER!!

PARA QUE PENSEIS SOBRE ELLO OS INVITO A LEER U OIR UNA RELEXION DE Paulo Coelho

CERRANDO CIRCULOS

Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida.
Si insistes en permanecer en ella, más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto.
O cerrando puertas. O cerrando capítulos.
Como quieras llamarlo.
Lo importante es poder cerrarlos.
Lo importante es poder dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.
¿Terminaste con su trabajo? ¿Se acabó la relación?
¿Ya no vives más en esa casa? ¿Debes irte de viaje?
¿La amistad se acabó?
Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente 'revolcándote' en los porqués, en volver atras el cassette y tratar de entender por qué sucedió tal o cuál hecho.

El desgaste va a ser infinito porque en la vida, TU, yo, tu amigo, tus hijos, todos y todas estamos abocados a ir cerrando capítulos. A pasar la hoja. A terminar con etapas o con momentos de la vida y seguir para adelante.

No podemos estar en el presente añorando el pasado.
Ni siquiera preguntándonos por qué.
Lo que sucedió, sucedió.
Y hay que soltar, hay que desprenderse.
No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. No.
¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir!

Por eso a veces es tan importante romper fotos, quemar cartas, destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa.
Papeles por romper, documentos por tirar, libros por vender o regalar.
Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación.
Dejar ir, soltar, desprenderse.
En la vida nadie juega con las cartas marcadas y hay que aprender a perder y a ganar.
Hay que dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente.
El pasado ya pasó.
No esperes que te devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres'. Suelta.

El resentimiento, el prender 'tu televisor' personal para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarte mentalmente, envenenarte, amargarte.
La vida está para adelante, nunca para atrás.
Porque si andas por la vida dejando 'puertas abiertas', por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción.
Noviazgos o amistades que no clausuran, posibilidades de 'regresar' (¿a qué?), necesidad de aclaraciones, palabras que no se dijeron, silencios que lo invadieron.
¡Si puedes enfrentarlos ya y ahora, házlo!
Si no, déjalo ir, cierra capítulos.

Dí a ti mismo que no, que no vuelve.
Pero no por orgullo ni por soberbia sino porque tu ya no encajas allí, en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en ese escritorio, en ese oficio, tu ya no es el mismo que se fue, hace dos días, hace tres meses, hace un año, por lo tanto, no hay nada a que volver.

Cierra la puerta, pasa la hoja, cierra el círculo.
Ni Tu serás el mismo ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto nada es estático.
Es salud mental, amor por ti mismo desprender lo que ya no está en tu vida.

Recuerda que nada ni nadie es indispensable.
Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo, nada es vital para vivir porque cuando tu viniste a este mundo llegaste sin ese adhesivo, por lo tanto es 'costumbre' vivir pegado a él y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir.


Es un proceso de aprender a desprenderse y humanamente se puede lograr porque, te repito, nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad.


Pero... cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacude,suelta ...


Hay tantas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escojas, te ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad. ¡Esa es la vida!

viernes, 10 de septiembre de 2010

La Tienda de la Verdad


Aún hoy día me sorprendo a mi mismo deseando por un lado saber algunas movidas que sé que jamás podrán salir a la luz, mientras que por otro me gustaría no saber algunas cosas que sé y que no hacen más que generarme dudas y atormentarme cada día un poquito más.


No es la primera vez que me veo reflexionado acerca de la verdad absoluta y su relación con la felicidad del ser humano...

¿Es necesario saber la verdad para ser auténticamente feliz? ¿O, por el contrario, es preferible ignorar ciertas cosas? ¿Preferimos una verdad incómoda a una metira supuestamente piadosa? ¿Mentir es igual que no decir siempre la verdad? ¿Estamos realmente preparados para saber toda la verdad y nada más que la verdad? ¿Y para ofrecerla?

Os dejo un texto que me encanta para que reflexioneis un poquito y me digais qué es lo que pensais al respecto.


La tienda de la verdad

El hombre paseaba por aquellas pequeñas callecitas de la ciudad provinciana. Tenía tiempo y por eso se detenía algunos instantes delante de cada escaparate, delante de cada tienda, en cada plaza. Al torcer una esquina se encontró de pronto frente a un modesto local cuya marquesina estaba en blanco. Intrigado, se acercó a la vidriera y arrimó la cara al cristal para poder mirar dentro del oscuro escaparate…En el interior solamente se veía un atril que sostenía un cartelito a mano que anunciaba:





“Tienda de la verdad”




El hombre estaba sorprendido. Pensó que era un nombre de fantasía, pero no pudo imaginar qué vendían.



Entró.


Se acercó a la señorita que estaba en el primer mostrador y preguntó:

- Perdón, ¿Esta es la tienda de la verdad?
- Sí, señor, ¿Qué tipo de verdad está buscando? ¿Verdad parcial, verdad relativa, verdad estadística, verdad completa?


Así que allí vendían verdad. Nunca se había imaginado que aquello era posible. Llegar a un lugar y llevarse la verdad era maravilloso.




- Verdad completa, contestó el hombre sin dudarlo.


Estoy tan cansado de mentiras y falsificaciones…, pensó. No quiero más generalizaciones ni justificaciones, engaños ni fraudes.




- ¡Verdad plena! Ratificó.
- Bien, señor, sígame.


La señorita acompañó al cliente a otro sector, y señalando a un vendedor de rostro adusto, le dijo:




- El señor le atenderá.


El vendedor se acercó y esperó a que el hombre hablara.




- Vengo a comprar la verdad completa.
- Ajá. Perdone, pero, ¿el señor sabe el precio?
- No. ¿Cuál es? Contestó rutinariamente. En realidad, él sabía que estaba dispuesto a pagar lo que fuera por toda la verdad.
- Si usted se la lleva -dijo el vendedor- el precio es que nunca más volverá a estar en paz.


Un escalofrío recorrió la espalda del hombre. Nunca se había imaginado que el precio fuera tan alto.

- Gra…gracias…disculpe…balbuceó.

Dio la vuelta y salió de la tienda mirando al suelo.

Se sintió un poco triste al darse cuenta de que todavía no estaba preparado para la verdad absoluta, de que aún necesitaba algunas mentiras en las que encontrar el descanso, algunos mitos e idealizaciones en los cuales refugiarse, algunas justificaciones para no tener que enfrentarse consigo mismo…

Quizá más adelante..., pensó.

Ahora te toca a tí intentar responder con total sinceridad: ¿Qué crees que habrías hecho tú en su lugar?

viernes, 3 de septiembre de 2010

El Cruce del Rio

>. Había una vez dos monjes Zen que caminaban por el bosque de
regreso al monasterio. Cuando llegaron al río, una mujer lloraba
en cuclillas cerca de la orilla. Era joven y atractiva.
—¿Qué te sucede? –le preguntó el más anciano.
—Mi madre se muere. Ella está sola en su casa, del otro
lado del río y yo no puedo cruzar. Lo intenté –siguió la joven—
pero la corriente me arrastra y no podré llegar nunca al otro
lado sin ayuda... pensé que no la volvería a ver con vida. Pero
ahora... ahora que aparecisteis vosotros, alguno de los dos
podrá ayudarme a cruzar...
—Ojalá pudiéramos –se lamentó el más joven—. Pero la
única manera de ayudarte, sería cargarte a través del río y
nuestros votos de castidad nos impiden todo contacto con el
sexo opuesto. Eso está prohibido... lo siento.
—Yo también lo siento –dijo la mujer y siguió llorando.
El monje más viejo se arrodilló, bajó la cabeza y dijo:
—Sube.
La mujer no podía creerlo, pero con rapidez tomó su atadito de
ropa y montó a horcajadas sobre el monje.
Con bastante dificultad el monje cruzó el río, seguido por
el otro más joven.
Al llegar al otro lado, la mujer descendió y se acercó en
actitud de besar las manos del anciano monje.
—Está bien, está bien –dijo el viejo retirando las manos—
, sigue tu camino.
La mujer se inclinó en gratitud y humildad, tomó sus
ropas y corrió por el camino al pueblo.
Los monjes, sin decir palabra, retomaron su marcha al
monasterio.
...Faltaban aún diez horas de caminata.
Poco antes de llegar, el joven le dijo al anciano:
—Maestro, tú sabes mejor que yo de nuestro voto de
abstinencia. No obstante, cargaste sobre tus hombros a aquella
mujer todo el ancho del río.
—Yo la llevé a través del río, es cierto, ¿pero qué pasa
contigo que la cargas todavía sobre los hombros?

En este cuento, se plantea: La importancia de no dejar las cosas a medias y de los peligros de ocupar la mente con cosas no resueltas.

viernes, 27 de agosto de 2010

GALLETITAS

A una estación de trenes llega una tarde, una señora muy elegante. En la ventanilla le informan que el tren está retrasado y que tardará aproximadamente una hora en llegar a la estación.

Un poco fastidiada, la señora va al puesto de diarios y compra una revista, luego pasa al kiosco y compra un paquete de galletitas y una lata de gaseosa.

Preparada para la forzosa espera, se sienta en uno de los largos bancos del andén. Mientras hojea la revista, un joven se sienta a su lado y comienza a leer un diario. Imprevistamente la señora ve, por el rabillo del ojo, cómo el muchacho, sin decir una palabra, estira la mano, agarra el paquete de galletitas, lo abre y después de sacar una comienza a comérsela despreocupadamente.

La mujer está indignada. No está dispuesta a ser grosera, pero tampoco a hacer de cuenta que nada ha pasado; así que, con gesto ampuloso, toma el paquete y saca una galletita que exhibe frente al joven y se la come mirándolo fijamente.

Por toda respuesta, el joven sonríe... y toma otra galletita.

La señora gime un poco, toma una nueva galletita y, con ostensibles señales de fastidio, se la come sosteniendo otra vez la mirada en el muchacho.

El diálogo de miradas y sonrisas continúa entre galleta y galleta. La señora cada vez más irritada, el muchacho cada vez más divertido.

Finalmente, la señora se da cuenta de que en el paquete queda sólo la última galletita. " No podrá ser tan caradura", piensa, y se queda como congelada mirando alternativamente al joven y a las galletitas.

Con calma, el muchacho alarga la mano, toma la última galletita y, con mucha suavidad, la corta exactamente por la mitad. Con su sonrisa más amorosa le ofrece media a la señora.

- Gracias! - dice la mujer tomando con rudeza la media galletita.

- De nada - contesta el joven sonriendo angelical mientras come su mitad.

El tren llega.

Furiosa, la señora se levanta con sus cosas y sube al tren. Al arrancar, desde el vagón ve al muchacho todavía sentado en el banco del andén y piensa: " Insolente".

Siente la boca reseca de ira. Abre la cartera para sacar la lata de gaseosa y se sorprende al encontrar, cerrado, su paquete de galletitas... ! Intacto!.