Motivaciones

Cada Semana, proponemos un texto, que nos motive y ayude en nuestro cometido diario, y pido, si es posible, que lo comentemos entre todos, para sacar el màximo jugo de él.

domingo, 27 de marzo de 2011

LA TORTUGA Y LA LIEBRE


Una tortuga y una liebre siempre discutían sobre quién era más rápida. Para dirimir el argumento, decidieron correr una carrera. Eligieron una ruta y comenzaron la competencia. La liebre arrancó a toda velocidad y corrió enérgicamente durante algún tiempo. Luego, al ver que llevaba mucha ventaja, decidió sentarse bajo un árbol para descansar un rato, recuperar fuerzas y luego continuar su marcha. Pero pronto se durmió. La tortuga, que andaba con paso lento, la alcanzó, la superó y terminó primera, declarándose vencedora indiscutible.


Moraleja: Los lentos y estables ganan la carrera.



Pero la historia no termina aquí: la liebre, decepcionada tras haber perdido, hizo un examen de conciencia y reconoció sus errores Descubrió que había perdido la carrera por ser presumida y descuidada. Si no hubiera dado tantas cosas por supuestas, nunca la hubiesen vencido. Entonces, desafió a la tortuga a una nueva competencia. Esta vez, la liebre corrió de principio a fin y su triunfo fue evidente.


Moraleja: Los rápidos y tenaces vencen a los lentos y estables.



Pero la historia tampoco termina aquí: Tras ser derrotada, la tortuga reflexionó detenidamente y llegó a la conclusión de que no había forma de ganarle a la liebre en velocidad. Como estaba planteada la carrera, ella siempre perdería. Por eso, desafió nuevamente a la liebre, pero propuso correr sobre una ruta ligeramente diferente. La liebre aceptó y corrió a toda velocidad, hasta que se encontró en su camino con un ancho río. Mientras la liebre, que no sabía nadar, se preguntaba "¿qué hago ahora?", la tortuga nadó hasta la otra orilla, continuó a su paso y terminó en primer lugar.


Moraleja: Quienes identifican su ventaja competitiva (saber nadar) y cambian el entorno para aprovecharla, llegan primeros.



Pero la historia tampoco termina aquí: el tiempo pasó, y tanto compartieron la liebre y la tortuga, que terminaron haciéndose buenas amigas. Ambas reconocieron que eran buenas competidoras y decidieron repetir la última carrera, pero esta vez corriendo en equipo. En la primera parte, la liebre cargó a la tortuga hasta llegar al río. Allí, la tortuga atravesó el río con la liebre sobre su caparazón y, sobre la orilla de enfrente, la liebre cargó nuevamente a la tortuga hasta la meta. Como alcanzaron la línea de llegada en un tiempo récord, sintieron una mayor satisfacción que aquella que habían experimentado en sus logros individuales.


Moraleja: Es bueno ser individualmente brillante y tener fuertes capacidades personales. Pero, a menos que seamos capaces de trabajar con otras personas y potenciar recíprocamente las habilidades de cada uno, no seremos completamente efectivos. Siempre existirán situaciones para las cuales no estamos preparados y que otras personas pueden enfrentar mejor.


La liebre y la tortuga también aprendieron otra lección vital: ¡cuando dejamos de competir contra un rival y comenzamos a competir contra una situación, complementamos capacidades, compensamos defectos, potenciamos nuestros recursos... y obtenemos mejores resultados!


FRASE PARA ACOMPAÑARTE EN LA SEMANA:
"Comienza haciendo lo que es necesario, después lo que es posible y de repente estarás haciendo lo imposible."

domingo, 20 de marzo de 2011

El Aguila y la Tormenta

Cuando alguien desde la tierra ve a un águila, volando directamente hacia un temible frente de tormenta, podría pensar en la "tonta" decisión del animal, que no huye del fenómeno. Sin embargo desde la altura, la realidad del águila es muy distinta.

¿Sabías que un águila sabe cuando una tormenta se acerca mucho antes de que empiece?

Ella sabe que lo mejor que puede hacer es no dejarse perseguir por las nubes amenazantes.

Muy por el contrario sabe que si la enfrenta, la corriente ascendente generada por el mismo viento la empujará hacia arriba y, luego de soportar durante un centenar de metros el torbellino y la oscuridad de las nubes, por fin saldrá al cielo despejado, verá el sol y habrá dejado la temible tormenta a sus pies...

El águila no se escapa de la tormenta. Simplemente usa la tormenta para levantarse más alto. Se levanta por los vientos que trae la tormenta.

De la misma manera, cuando nos veamos amenazados por un problema, lejos de tratar de huir temporalmente, en cuyo caso seremos perseguidos constantemente por él, podemos elegir enfrentarlo desplegando nuestras alas, tomando conciencia de nuestra grandeza, de todo nuestro potencial y de
nuestras capacidades reales...

Cuanto mayor sea el problema, más necesitamos desplegarnos para enfrentar las circunstancias teniendo confianza en que nosotros podremos soportar los momentos tumultuosos convencidos de que el sol y la claridad nos estarán esperando más adelante.


El ave canta, aunque la rama cruja, porque conoce lo que son sus alas. De la misma manera cuando el águila afronta los momentos culminantes de su vida, cuando avizora el final de su existencia, lejos de amedrentarse,
de recluirse o de encerrarse en si misma, realiza el mayor de los esfuerzos de toda su vida en desplegar sus alas de tal manera que la sombra que produzca, sea la mayor jamás vista. De esta manera produce una aerodinamia que la eleva hasta las mayores de las alturas donde encontrará el lugar que ella misma elige para su muerte.

La última imagen que puedas tener de un águila siempre será la de la majestuosidad de su figura con sus alas extendidas al máximo.

FRASE PARA ACOMPAÑARTE EN LA SEMANA:
"Los obstáculos no tienen por que frenarte.
Si corres y encontrás una pared.
No retrocedas ni te rindas.
Imagínate como treparla o como atravesarla. O si no como convertirla en tu fortaleza.
Y trabajar con ella ahí."

(Michael Jordan)

domingo, 13 de marzo de 2011

El camello y la cuerda

Había una vez un árabe que viaja­ba por el desierto en la noche, acompañado por 20 camellos. A la hora del descanso, sus esclavos, se encontraron con que no tenían más que 19 estacas para atar a sus 20 camellos.




Entonces consultaron al amo, y éste les dijo:

-Simulad que claváis una estaca cuando lleguéis al camello número 20, pues como el camello es un ani­mal muy tonto, se creerá que está atado.




Efectivamente, así lo hicieron, y a la mañana siguiente todos los came­llos estaban en su sitio, y el número 20 al lado de lo que se imaginaba una estaca, sin moverse de allí.

Al des­atarlos para marcharse, todos se pu­sieron en movimiento menos el nú­mero 20 que seguía quieto, sin mo­verse.
-Señor, hay un camello que no sigue a la caravana.


-¿Es el que no atastes ayer porque no tenías soga?


-Sí ¿cómo lo sabe?

Entonces el amo dijo:

-No importa. Ve y haz como que lo desatas, si no va a creer que sigue atado. Y si lo sigue creyendo no caminará.


Así lo hicieron y el camello enton­ces se levantó y se puso a caminar con los demás.

Ésta es una buena imagen que pue­de ilustrar cómo actuamos los seres humanos cuando funcionamos programados y no podemos ver por nosotros mismos, ni decidir por nosotros mismos, sino que nos manejan los hábitos adquiridos, nos dominan unos gestos determina­dos, aprendidos, que ya no cuestionamos por nosotros mismos, condicionados por la costumbre y por nuestra programación, nos ponemos unos límites fijos, que no son reales..... Atención.Atención. Atención.

FRASE PARA ACOMPAÑARTE EN LA SEMANA:
"El modo en que una persona toma las riendas de su destino
es más determinante que el destino en sí mismo"

domingo, 6 de marzo de 2011

El buitre, el murciélago y la abeja

EL BUITRE
Si pones un buitre en un cajón que mida 2 metros x 2 metros y que este completamente abierto por la parte superior, esta ave, a pesar de su habilidad para volar, será un prisionero absoluto.

La razón es que el buitre siempre comienza un vuelo desde el suelo con una carrera de 3 a 4 metros. Sin espacio para correr, como es su hábito, ni siquiera intentara volar sino que quedara prisionero de por vida en una pequeña cárcel sin techo.

El MURCIELAGO:
El murciélago ordinario que vuela por todos lados durante la noche. Una criatura sumamente hábil en el aire, no puede elevarse desde un lugar a nivel del suelo. Si se le coloca en el suelo en un lugar plano, todo lo que puede hacer es arrastrase indefenso y, sin duda, dolorosamente, hasta que alcanza algún sitio ligeramente elevado del cual se pueda lanzar a si mismo hacia el aire. Entonces,
inmediatamente despega rápidamente.
LA ABEJA
La abeja, al ser depositada en un recipiente abierto, permanecerá allí hasta que muera, a menos que sea sacada de allí. Nunca ve la posibilidad de escapar que existe por arriba de ella, sin embargo persiste tratando encontrar alguna forma de escape por los laterales cercanos al fondo. Seguirá buscando una salida donde no existe ninguna, hasta que completamente se destruye a sí misma.

LAS PERSONAS
En muchas formas, somos como el buitre, el murciélago y la abeja obrera. Lidiamos con nuestros problemas y frustraciones, sin nunca darnos cuenta que todo lo que tenemos que hacer es ver hacia arriba. Esa es la respuesta, la ruta de escape y la solución a cualquier problema.

Entonces, sólo mira hacia arriba.
Porque la tristeza mira hacia atrás, la preocupación mira hacia alrededor, ¡pero la Fe mira hacia arriba!


FRASE PARA ACOMPAÑARTE EN LA SEMANA:
"No es la carga lo que te destruye,sino la forma en que la llevas" (Lena Horne)