Motivaciones

Cada Semana, proponemos un texto, que nos motive y ayude en nuestro cometido diario, y pido, si es posible, que lo comentemos entre todos, para sacar el màximo jugo de él.

domingo, 30 de enero de 2011

TU ERES TU PROPIA EMPRESA

Tu eres tu propia empresa, y el mundo la empresa de todos...
Una empresa estaba en situación difícil y las ventas iban mal, los trabajadores y colaboradores estaban desanimados, y la situación financiera del negocio era crítica.

Era preciso hacer algo para revertir el caos.
Nadie quería asumir nada. Por el contrario, el personal apenas reclamaba que las cosas andaban mal y que no existía perspectiva de progreso en la empresa.

Ellos consideraban que alguien debería tomar la iniciativa de revertir aquél proceso.

Un día, cuando los empleados llegaron a trabajar, encontraron en la portería un enorme cartel que decía:

"Falleció ayer la persona que impedía el crecimiento de nuestra empresa. Usted está invitado a participar del velorio en el salón de los deportes."

Al principio todos se entristecieron ante la muerte de alguien, pero después de algún tiempo, sintieron curiosidad por saber quién estaría bloqueando el crecimiento de la empresa.

La agitación en el salón de deportes era tan grande que fue preciso llamar a los guardias de seguridad para organizar una fila india.

A medida que las personas iban aproximándose al cajón la excitación aumentaba.

-¿Quién era el que estaba estorbando el progreso?-

¡Qué suerte que este infeliz se murió!!!

Uno a uno, los trabajadores agitados se aproximaban al cajón, miraban al difunto y se quedaban pasmados en seco, quedando en absoluto silencio como si hubiesen sido heridos en lo más hondo de sus almas.

Pues bien, ciertamente usted no habrá imaginado que había en el fondo del cajón...

¡Había un espejo!..

Reflexiones:

*Sólo existe una persona capaz de limitar tu crecimiento: tu mismo.
*Tu eres la única persona que puede cambiar tu vida.
*No sigas intentando falsas salidas.
*No sigas llenándote de falsas esperanzas!.
*No sigas buscando responsables, fuera de ti, de lo que tu no puedes hacerte cargo.
*Y por ultimo no vivas quejándote de que no se puede hacer nada,
porque otros en tu misma posición hemos tomado el futuro en nuestras manos.
*No queda otra: Si todos hacemos como tu, esto no cambia. Distinto es si le pones manos a la obra.
*Es dentro tuyo donde encontrarás la energía y las respuestas para autotransformarte y junto con los demás transformar esta sociedad, y de esa forma construir la humanidad. Un verdadero mundo nuevo, con un nuevo hombre lleno de Paz de Fuerza y Alegría.
*Los seres humanos hemos construido ámbitos que cuentan con las herramientas necesarias para que esto se haga realidad, y desde hace mucho, mucho tiempo están muy cerca tuyo. Están al alcance de tu mano


FRASE PARA ACOMPAÑARTE EN LA SEMANA:
"Sólo una cosa vuelve un sueño imposible: el miedo a fracasar" (Paulo Coelho)

domingo, 23 de enero de 2011

Mira los gansos


La próxima temporada, cuando veas los gansos emigrar dirigiéndose hacia un lugar más cálido para pasar el invierno, fíjate que vuelan en forma de V.

Tal vez te interese saber el por qué lo hacen en esa forma. Lo hacen porque, al batir sus alas, cada pájaro produce un movimiento en el aire que ayuda al pájaro que vá detrás de él. Volando en V, la bandada de gansos aumenta por lo menos un 71% más su poder de vuelo, en comparación con un pájaro que vuela solo.

Las personas que comparten una dirección común y tienen sentido de comunidad, pueden llegar a cumplir sus objetivos más fácil y rápidamente porque, apoyándonos mutuamente, los logros son mejores.

Cada vez que un ganso sale de la formación, siente inmediatamente la resistencia del aire, se dá cuenta de la dificultad de hacerlo solo y rápidamente vuelve a la formación para beneficiarse del compañero que va adelante.

Si nos unimos y nos mantenemos junto a aquellos que van en nuestra misma dirección, el esfuerzo será menor. Será más sencillo y más placentero alcanzar las metas.

Cuando el líder de los gansos se cansa, se pasa a uno de los lugares de atrás y otro ganso toma su lugar.

Los hombres obtenemos mejores resultados si nos apoyamos en los momentos duros, si nos respetamos mutuamente en todo momento, compartiedo los problemas y los trabajos más difíciles.

Los gansos que van atrás graznan para alentar a los que van adelante a mantener la velocidad.
Una palabra de aliento a tiempo ayuda, da fuerza, motiva, produce el mejor de los beneficios.

Finalmente, cuando un ganso se enferma o cae herido por un disparo, otros dos gansos salen de la formación y lo siguen para apoyarlo y protegerlo.

Si nos mantenemos uno al lado del otro, apoyándolos y acompañándonos; si hacemos realidad el espíritu de equipo; si pese a las diferencias podemos conformar un grupo humano para afrontar todo tipo de situaciones; si entendemos el verdadero valor de la amistad; si somos concientes del sentimiento de compartir, la vida será más simple, y el vuelo de los años más placentero.



FRASE PARA ACOMPAÑARTE EN LA SEMANA:
"Tenemos dos orejas y una sola boca.
Por lo tanto, debemos escuchar el doble de lo que hablamos"

viernes, 14 de enero de 2011

La fortaleza del bambú

No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante. También es obvio que quien cultiva la tierra no se para impaciente frente a la semilla sembrada y grita con todas sus fuerzas: Crece, maldita seas!

Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes: Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente. Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto, que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.

Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas la planta de bambú crece ¡más de 30 metros! ¿Tardó sólo seis semanas en crecer?

No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse. Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años.

Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas personas tratan de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que este requiere tiempo. Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta.

Es tarea difícil convencer al impaciente que solo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y saben esperar el momento adecuado. De igual manera es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo.

Y esto puede ser extremadamente frustrante.

En esos momentos (que todos tenemos), recordar el ciclo de maduración del bambú japonés, y aceptar que -en tanto no bajemos los brazos -, ni abandonemos por no "ver" el resultado que esperamos-, sí está sucediendo algo dentro nuestro: estamos creciendo, madurando. Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando éste al fin se materialice.

El triunfo no es más que un proceso que lleva tiempo y dedicación. Un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros. Un proceso que exige cambios, acción y formidables dotes de paciencia. Tiempo...

Cómo nos cuestan las esperas, qué poco ejercitamos la paciencia en este mundo agitado en el que vivimos... Apuramos a nuestros hijos en su crecimiento, apuramos al chofer del taxi... nosotros mismos hacemos las cosas apurados, no se sabe bien por qué... Perdemos la fe cuando los resultados no se dan en el plazo que esperábamos, abandonamos nuestros sueños, nos generamos patologías que provienen de la ansiedad, del estrés...

¿Para qué?

Te propongo tratar de recuperar la perseverancia, la espera, la aceptación.

Si no consigues lo que anhelas, no desesperes... quizá solo estés echando raíces...

domingo, 9 de enero de 2011

La sabiduría del águila


El águila es el ave con mayor longevidad de esas especies. Llega a vivir 70 años, pero para llegar a esa edad, a los 40, debe tomar una seria y difícil decisión. A los 40 años, sus uñas están apretadas y flexibles y no consigue tomar a sus presas de las cuales se alimenta. Su pico largo y puntiagudo, se curva, apuntando contra el pecho.

Sus alas están envejecidas y pesadas y sus plumas gruesas. Volar se hace ya tan difícil! Entonces, el águila tiene solamente dos alternativas: morir o enfrentar un dolorido proceso de renovación que durara 150 días.

Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y quedarse ahí, en un nido cercano a un paredón, en donde no tenga la necesidad de volar. Después de encontrar ese lugar, el águila comienza a golpear su pico en la pared hasta conseguir arrancarlo.

Luego debe esperar el crecimiento de uno nuevo con el que desprenderá una a una sus uñas. Cuando las nuevas uñas comienzan a nacer, comenzará a desplumar sus plumas viejas. Después de cinco meses, sale para su vuelo de renovación y a vivir 30 años más.

En nuestras vidas, muchas veces tenemos que resguardarnos por algún tiempo y comenzar un proceso de renovación para continuar un vuelo de victoria, debemos desprendernos de costumbres, tradiciones y recuerdos que nos causaron dolor. Solamente libres del peso del pasado podremos aprovechar el resultado valioso que una renovación siempre trae.

domingo, 2 de enero de 2011

La verdadera historia de los Reyes Magos

La historia de los Reyes Magos de Oriente fue escrita hacia el año 70 después de Cristo en arameo. Ese texto no se ha conservado, pero ha llegado hasta nosotros porque fue traducido al griego, que era el idioma más utilizado en la época en la cuenca del Mediterráneo.

La Historia de los Reyes Magos se encuentra en el Evangelio según San Mateo (2,1-12). De los cuatro Evangelios, solo Mateo nos cuenta este pasaje, cuando en tiempos de Herodes III el Grande, y habiendo nacido Jesús en Belén de Judea, llegaron allí en busca del Rey de los Judíos unos magos (magusàioi) venidos desde Oriente, siguiendo una "estrella" que les guiaba por el camino.

Sin embargo, en el texto de San Mateo no se les nombra ni como "Reyes", ni como "Magos", ni siquiera por los nombres como los conocemos: Melchor, Gaspar y Baltasar. La idea de que uno de ellos era negro, o que eran tres, es producto de la imaginación o de la literatura posterior. Pero hay otras cuestiones curiosas en torno a esta historia.

La larga tradición nos ha traído estos elementos identificadores que no se encuentran escritos. Algunos historiadores apuntan que se puede tratar de añadidos en la traducción griega del arameo a la historia que, escrita por Mateo, fue utilizada por Marcos y, más tarde, por Lucas. Otros estudiosos afirman que se pudo obviar el ofrecer datos tan concretos sobre quiénes eran los Reyes por considerarlo ambiguo o comprometido. Algo que parece carecer de base si se piensa que el texto está escrito muchos años después de que acontecieran los hechos.

También se ha considerado curioso que los primeros paganos ("primitia gentium", los primeros entre los paganos en adorar y reconocer al Señor) que fueron a venerar al Salvador fueran Reyes, y lo que resulta más chocante, que fueran "Magos". La clave de todo esta asunto puede encontrarse en el acierto de los traductores latinos del Nuevo Testamento que llevaron el texto a esa lengua, entre ellos San Jerónimo que en el siglo IV tradujo las Escrituras del hebreo al latín, quizá el primero que los identifica como Magos.

¿Pero a qué se llamaba magos, "magusàioi"? En tiempos del nacimiento de Jesucristo, los magusàioi eran adivinos y astrólogos, de origen caldeo, es decir, del área sirio-mesopotámica, lo que desde Judea suponía el Este geográfico. Así las cosas, el término magusàioi designaba a los charlatanes que practicaban algún tipo de magia, que practicaban la antigua ciencia de los Magû, tribu seguidora de Zaratrusta, que reunía las prácticas mágicas, astrológicas o adivinatorias del mundo persa.

Oro, Incienso y Mirra. El oro, el incienso y la mirra nos llevan hasta la llamada "Ruta del Incienso", una ruta que se extendía desde el Océano Índico, subiendo por la península Arábiga, trayendo hasta el mediterráneo productos del Asia Central. La única ruta capaz de traer hasta el portal de Belén esas mercancías. Siguiendo el relato apócrifo, esto es, cualquier libro que se atribuye a un autor sagrado, pero no está incluido en el canon de la Biblia, del Protoevangelio de Santiago o el llamado Evangelio armenio de la infancia (un texto datado en el siglo V o VI, y otros escritos, se fecha el nacimiento de Cristo un 6 de enero y la visita de los Reyes tres días después. En esos textos se nombra a tres Reyes, Melkon, rey de los persas, Gaspar, rey de los Indios y Baltasar, rey de los árabes. Lógico es pensar que las mercancías o presentes que le entregaron al Salvador procedían no solo de la ruta propia de distribución de esos productos, sino de su lugar de procedencia como reino.

El oro representaba el signo de la divina majestad y de la realeza. El incienso simbolizaba el sacrificio y la mirra era una representación funeraria, que ponía de manifiesto la fragilidad humana.

El Pesebre. San Jerónimo, como decíamos pieza clave en la traducción del texto que nos trae la llegada de los reyes magos, habla de "praesepe" o "praesepium", que podríamos
traducir como pesebre, lugar según el cual los Evangelistas indican el objeto sobre el que fue depositado Jesús al nacer. Es esta la única y misma indicación que dieron los cuatro Evangelistas, localizado en una gruta de Belén, que San Jerónimo visitó en el siglo IV, momento en el que dejaba de estar en manos de los paganos que celebraban allí la fiesta o culto de Atis. Curiosamente entre estos ritos se incluía la presencia de un buey y un asno.

El pesebre o el lugar de la Natividad, ahora epicentro de la basílica constantiniana de Belén, en la que los peregrinos entraban para rascar, de las paredes, el carbonato cálcico que se convertía en una reliquia conocida como "leche de María", a la que se concedía el poder de proteger el periodo de lactancia para las madres.


Los Reyes Magos. Melchiar, Melchor, era el rey de Nubia y de Arabia. Jaspar, Gaspar, era el rey de Tharsis y de Egriseula, oscuro de piel como los etíopes. Y Balthasar, Baltasar, rey de Godolia y de Saba. Según la tradición, los tres permanecieron vírgenes toda su vida. Aunque hablaban diferentes idiomas, fueron conducidos en dromedarios, por la estrella, que se detuvo tras trece días de camino frente al portal, el lugar del nacimiento del rey de los judíos, el Mesías. La Estrella les había guiado hasta allí recorriendo un camino sinuoso, extraño... Cuando, terminada su misión, deciden volver la Estrella ha desaparecido, ya no les guiaba. Otra leyenda dice que tardaron trece años en regresar a sus reinos, se desconoce lo que les entretuvo por el camino. La Estrella volvió a aparecerse, pero como presagio del fin de los días de los reyes sobre la Tierra. Melchor murió a los 116 años de edad, Gaspar a los 112, cinco días después que el anterior; y Baltasar a los 109, seis después que Gaspar. Fueron enterrados juntos y mientras la estrella brillaba sobre el cielo, sus cuerpos permanecieron incorruptos.

Las Reliquias de los Reyes Magos. Un 1 de junio del año 1164 Federico Barbarroja ordenó llevar, desde la iglesia de San Eustorgio de Milán hasta Colonia, las reliquias de los Reyes Magos, es decir, sus cuerpos. Fueron depositados en la iglesia de San Pedro. Se hallaban en Italia desde el siglo IV, cuando el noble griego Eustorgio había llegado a Milán enviado por Constantino, habiendo sido proclamado obispo y recibiendo como regalo, al parecer por sus bondadosas obras, las reliquias de los Magos de Oriente.

El culto a los Reyes Magos en occidente data del siglo XII. A partir del siglo siguiente comenzaron a desarrollarse representaciones teatrales en torno a su figura. La Historia, que había sido compuesta por un sinfín de datos más o menos contrastados, fue finalmente escrita entre 1364 y 1374 por Juan de Hidelsheim, un prior carmelita alemán en la Historia Trium Regum, basada en la Historia Scholastica de Pedro Comestore escrita en el lejano siglo XI.